No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)

28. La prueba (3ª parte).

Shi Qing Xuan se limpió el sudor del rostro, el calor dentro del escudo se estaba volviendo más que incómodo. Ahora las ropas del joven Dios se adherían a su delgado cuerpo. Aún así el cuerpo del Oficial seguía temblando, un poco por el sobreesfuerzo que había realizado allá arriba en el volcán y otro poco a causa de la incertidumbre.

Shi Qing Xuan miró una vez más la destartalada puerta, donde había visto a Ming Yi minutos antes, totalmente desesperado. ¿Tan poca fe tenía en él como para poner esa cara?.
Pero Shi Qing Xuan desconocía que aquel a quien llamaba Ming Yi no era el verdadero Maestro de la Tierra y por lo tanto que no sabía nada sobre la tribulación Celestial.
Sí bien él no estaba muy seguro de lograr salir victorioso de esa prueba, tenía que intentarlo o por lo menos fingir que lo estaba intentando.

- ¿Por qué no elegiste a otra persona?, ¡Ah?, una más capaz... O una a la que le interese ser un Dios, - gritó hacia la nada el maestro del viento.

El cielo retumbó. Las nubes se abrieron nuevamente y el cuello de grulla se asomó de entre ellas. El ave graznó con la voz de un cañón. Shi Qing Xuan se cubrió sus oídos riendo algo nervioso.

- ¡No quiero participar en esto!, ¿Podemos terminar ya con esta farsa?, — gritó con los ojos aún llorosos.

El ave, negándose a escuchar regreso a las nubes. Relámpagos iluminaron los cielos y rugieron con furia creando el sonido del trueno. Una masa cubierta en una corriente de aire, se desprendió del conjunto de nubes y se lanzó en contra del Dios.

Shi Qing Xuan se encerró en una esfera de viento. Y moviendo las manos formó tres tornados que se movieron de manera sincronizada.

La masa de nubes se deslizó entre ellos y embistió al Dios. El raquítico escudo de Shi Qing Xuan desapareció. El chico agitó el abanico y dejó al descubierto a la enorme grulla. Esta cruzó miradas con el joven por un breve momento y no conforme con lo que vió curvo el cuello para después descargar toda su fuerza en un veloz picotazo.

El viento envolvió el cuerpo del Dios y lo alejó varios metros. - Me rindo, ¿No es suficiente para ti? Déjame ir, tu puedes buscar a un nuevo Dios del Viento.

«No»

Shi Qing Xuan abrió los ojos tanto como pudo. El enorme pájaro se había comunicado con él a través de la red de comunicación. Pero eso era imposible. ¿Cómo podría? ¿Quién le dió su clave? Además no había forma de comunicarse hacia el exterior con la red, por ese motivo, dentro de la matriz, la red estaba inhabilitada y aún así él le había escuchado.

-¿No?

«Tu has venido a mí, tú me buscaste, ¿Por qué ahora me desprecias?»

- ¿Yo? ¿Cuando sucedió eso?

La Deidad abrió las alas y aleteo con fuerza provocando que todo alrededor saliera volando.

«¡Tú, ¿te atreves a engañarme?»

Una descomunal pata de garza atrapó contra el suelo el diminuto cuerpo de Shi Qing Xuan.

«Ahora sí voy a morir, » pensó el Dios. - N, no q, quie,ro, ha, ha, certe d, d,año..., dijo sintiendo como el respirar se volvía más difícil.

La gigantesca figura de ave soltó el cuerpo de Shi Qing Xuan.
La enorme grulla dejo escapar un chirrido, era algo similar al aire escapando de un globo al ser desinflado.

El cuerpo esbelto de una pequeña persona salió de entre las pieles desinfladas del ave. Aquel ser era el verdadero Dios del Viento. La Deidad que había elegido a Shi Qing Xuan como su representante en la tierra. Se paró al lado de Shi Qing Xuan que tosía desconsolado intentando reponerse del fuerte apretón.