22. El mar de fuego (4ª parte).

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«¿Que diablos fue eso?...» Pensó He Xuan. Llevando su mano a la boca. Podía sentir el turbulento mar de energía dentro de sus meridianos, nunca había sentido tanto poder dentro de sí mismo. La cabeza le estallaba, un molesto zumbido resonaba dentro de sus oídos. Su estómago daba vueltas, quería deponer el contenido de su estómago aún cuando no había comido nada. Aquellas náuseas eran comparables a las que sintió alguna vez al salir del horno.

Dió otro paso hacia atrás, piso una de las piezas de cerámica de la tetera que yacían esparcidas por el suelo. las hierbas que habían estado dentro de ella habían salpicado las paredes dejando puntos marrones. Miró al maestro del Viento que continuaba sumido en algún plácido sueño. - Qing Xuan... - dijo él al sentir que aquel exceso de energía sobrepasa su capacidad. Su cuerpo se tambaleó y cayó con fuerza estrellándose contra el duro suelo de madera.
La vista de He Xuan se tornó borrosa hasta el punto de perder la conciencia.

Al despertar miró a su alrededor, tratando de reacomodar sus pensamientos. Cuando He Xuan dormía era como apagar un interruptor y no era consciente de los que pasaba a su alrededor. - Parece que estás muerto, - le decía Hua Cheng en tono burlón. Jaló aire por la boca y lo dejo salir con grandes bocanadas. Poco a poco la energía que había absorbido de Shi Qing Xuan se había asentando en su interior y su cuerpo ya comenzaba a asimilarla.

Cuando su mente dejo de divagar sintió unos delgados brazos aferrados a su cuerpo. ¿Como era eso posible? miró rumbo a la cama pero Shi Qing Xuan no estaba en ella, ahora descansaba a su lado completamente dormido. La respiración uniforme y profunda de quién duerme totalmente ajeno a la maldad del mundo movió los sentimientos de He Xuan.

« Me besó. »

Shi, Shi Qing Xuan ¿Estás despierto?, - pregunto el Rey Demonio.

Guardo silencio por un momento, pero no obtuvo respuesta.
He Xuan levantó el torso de forma cautelosa y apartó los brazos del que dormía a su lado.

- ¡Hey!, Qing Xuan, - dijo el fantasma.

- ¿Mm? - Rezongó el Dios aún con los ojos cerrados.

Las cejas de He Xuan se juntaron para dibujar solo una línea y entrecerró los ojos. Se inclinó un poco y movió el cuerpo de su amigo, - Xuan, ¿Me escuchas?.

- Ming Xiong, ¿Estás ya despierto?, - pregunto el Dios sin abrir los ojos.

- Sí, - dijo He Xuan sentándose sobre la dura madera retirando con tranquilidad el largo flequillo de la frente de Shi Qing Xuan.

Una leve sonrisa se dibujaba en los labios pálidos del Dios del inframundo al tiempo que bajo los fríos dedos por la suave piel de durazno. Se inclinó y depósito un casto besos de buenos días en aquella frente.

Los ojos de jade del Dios del Viento se abrieron de par en par, el sopor mañanero se disipó inmediatamente mientras que todo su cuerpo se estremeció. Aquella ternura le pareció excesiva pero supuso que los mejores amigos eran así de cariños. Parpadeo un par de veces antes de mirar de lleno a los ojos de su querido mejor amigo que le sonreía amablemente.

He Xuan tomo a Shi Qing Xuan por la barbilla y lo observó unos momentos, volvió a inclinarse, - te quiero mucho Shi Qing Xuan, - dijo, y justo estaba pensando en besarlo en los labios cuando llamaron a la puerta.

Con gran molestia el Dios Demonio se puso en pie mientras maldecía internamente. Salió de la habitación seguido por la intensa mirada del Shi Qing Xuan que no salía de su ensoñación.

No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora