31. Historia.

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— ¿Sí? Pues el Dios que nos envía estás bendiciones debe ser uno con un sentido del humor retorcido. ¿No lo crees?

Su Ling sonrió pero no respondió.

Shi Qing Xuan volvió a sumirse en su silencio.

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— Lo lamentó señor no puede pasar, — dijo un hombre con el rostro abultado. El hombre era tan feo, que sería difícil de mirar por mucho tiempo, sin que te provocara el tener pesadillas durante la noche.

He Xuan lo miró con sus penetrantes ojos llenos del vacío que precede a una muerte segura.

Aquel hombre sintió que si no se apartaba, su vida terminaría en aquel lugar. Bajó la cabeza y le cedió el paso.

Ese edificio era uno de los prostíbulos más grandes y caros de aquel país. El aroma de los perfumes que quieren ocultar el hedor rancio de la carné flotaba en el aire.

He Xuan arrugó la nariz ante ese desagradable aroma, su olfato de demonio era mucho más sensible que el olfato humano.

Una mujer a medio vestir paso por un lado del fantasma sin siquiera mirarlo. Llevaba una charola con bocadillos y una botella de vino.

El Maestro de la Tierra sintió una punzada en el pecho.
"Buscar prostitutas," le había dicho el idiota y lo había cumplido.

Se había corrido el rumor de que un joven adinerado había pagado una gran suma de dinero para que solo él fuera atendido hasta que se cansará de aquellos placeres carnales, mas nadie conocía de donde provenía el hombre y de cual era su nombre.  Sin embargo He Xuan estaba seguro de quién era el susodicho.
Si no fuera por sus alimañas, ese Rey Demonio no habría dado tan rápido con Shi Qing Xuan pero gracias a sus excesos ,tarde que temprano habría dado con él.

Otra niña casi sin ropas paso por un lado de He Xuan, seguida de otra más.

— Rápido, rápido, su señoría dijo que regresáramos pronto.

He Xuan las siguió y justo antes de llegar al lugar al que se dirigían se escuchó una melodiosa risa. La vos era sin duda de Shi Qing Xuan pero no era como esperaba encontrarlo.

Las mujeres que le rodeaban estaban festejando alegres, comiendo y bebiendo. Platicaban y sonreían, aquello era algo muy diferente a lo que cualquiera pensaría que se haría dentro de un burdel.

— Su señoría, su señoría ¿Sabe cantar? — Preguntó una regordeta mujer.

— ¡Sí! — gritó Shi Qing Xuan totalmente ebrio. Se puso de pie y acomodo su hermoso vestido tinto, se alasio su largo cabello y afino su voz.

El joven Maestro del Viento vestía como señorita y de divertía como una. Parecia una princesa de occidente rodeada de sus damas de honor.

Comenzó a cantar un tanto desentonado, pero finalmente logró  escucharse bien del todo. Cantó la triste historia de un joven noble enamorado, después entonó la alegre melodía de las magnolias del jardín, para finalmente terminar con el relato de dos que se aman y se ven pero no pueden tocarse.

— ¡Bravo, bravo! — gritaron las mujeres.

He Xuan miro desde la puerta algo divertido.

— Su señoría cuéntenos de nuevo esa trágica historia, — pidió una de las mujeres más jóvenes.

— No, ya no, — pidió Shi Qing Xuan con un mohín.

— Vamos, vamos, cuéntenos, — insistieron.

No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora