Malentendido

1.2K 212 91
                                        



-Bueno, y ahora van a formar parejas para el siguiente trabajo- dijo Azira a su clase.- Deberán escribir un final alternativo para Romeo y Julieta, que no exceda las tres páginas, y que tenga coherencia con el resto de la obra. Este clásico de Shakespeare ha dado pie a un sinfín de versiones, obras de teatro, ensayos, etcétera, pero yo quiero oír sus ideas, quiero que usen la imaginación. ¿Está bien?

-Sí, profesor Fell...

-Armen sus grupos y empiecen ahora, y quédense tranquilos que no habrá más deberes por hoy.

La mayoría de los alumnos formaban pareja con su compañero de banco para hacer trabajos así, y Crowley y Beelzebub no eran la excepción. Por cierto que además de amigos eran buenos compañeros, y sabían trabajar juntos sin estorbarse. A Zira no le sorprendió que permanecieran en sus lugares mientras sacaban sus ejemplares de Romeo y Julieta y empezaban a hablar entre ellos sobre cómo podían escribir un buen relato.

"Son grandes amigos sin duda. Los mejores amigos..."

-Oye, Beel- susurró Crowley agitado.- ¿El profesor está mirando para acá?

-Oh, pues, sí... ¿qué? ¡No vayas a poner caritas de idiota otra vez! No funciona. No se da cuenta que es tu forma de tirarle lances.

Crowley no pudo evitar agitarse y sonreír, y chupar de forma muy sugerente un chupetín de cereza. Beelzebub lo miró con cara de asco mientras lamía la golosina como si fuera un miembro masculino, más concretamente el del profesor Zira, y cuando se cansó de que no le prestara atención por estar jugando al travieso, se inclinó sobre él y le susurró al oído:

-Deja de hacer eso o te juro que te dejaré estéril de una patada, cerdo. ¿Podemos trabajar o vas a seguir provocando al maestro con tus trucos de prostituta?

-Que poca colaboración, por dios- se quejó Crowley haciéndole caso a regañadientes y dejando a Zira completamente descolocado. Los había estado viendo de forma inconsciente, y ahora no podía dejar de pensar... ¿y si ese amor secreto que tanto estaba lastimando a Crowley era Beelzebub? Tendría sentido; un amigo era un tesoro valioso como para perderlo, y quizás por eso mismo Anthony se sentía desesperado. Debía temer el rechazo de Beelzebub.

"Pobre chico, de ser así, lamento que esté pasando por algo tan difícil... ¿quizá debería intentar hablar con él y ofrecerle mi apoyo? Pero no, no. No puedo meterme en sus cosas. No creo tampoco que quiera el consejo de un hombre mayor como yo".

Soy tu Julieta 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora