After Moaning

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Juego de palabras entre "after" (después), "moan" (gemido) y "morning" (mañana). Sería "la mañana después de los gemidos".

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Crowley se despertó hermosamente fresco esa mañana, exultante, lleno de energía y con ganas de ir a la univesidad. Anteriormente había criticado hasta la muerte la costumbre de asistir los sábados a hacer actividades nerd como limpiar las aulas, acomodar los libros de la biblioteca y clasificar el material de estudio, pero aquella vez iba con gusto y dispuesto a trabajar hasta la hora que fuera necesaria. Por supuesto la limpieza le seguía importando una mierda, pero sabía que los sábados muchos profesores iban a trabajar aprovechando las instalaciones. Y, desde luego, no iba a perderse eso.

"Zira me prometió que hoy nos daríamos más besos. No puedo esperar para hacerlo cumplir esa promesa..."

Absorto en sus fantasías no vio a Beelzy acercarse por la calle hasta que estuvo a su misma altura, y lo miró de reojo sin animarse a ser el primero en hablar. El pelinegro lucía todavía más fresco que él, con el pelo reluciente y húmedo, la piel diáfana y una semisonrisa que hacía palidecer al sol. Cuando le devolvió la mirada, ninguno de los dos pudo evitar reír a carcajadas, y se abrazaron como hermanos.

-Beelz, pequeño miserable, eres mi héroe. ¿Lo sabes? Tu plan fue brillante. ¡Carajo, brillante! Nunca podré agradecerte lo suficiente por haberme convencido de hacerlo.

-Es por eso que de los dos soy el jefe- rió el menor, soltándolo y limpiándose una lágrima producto de la risa.- Y, ¿qué tal? ¿Tu profesor te convenció de dejarme para irte con él? ¿Te llenó de "amor" cómo querías?

-Estúpido- se burló Crowley con una sonrisa de oreja a oreja.- No me llenó de nada (todavía). Pero si es cierto que me habló de amor...- al decirlo en voz alta se puso muy colorado pero no se detuvo, feliz por poder contarle a alguien sobre su experiencia.- Me confesó que quiere ser mi hombre. Quiere cuidarme y hacerme feliz... ¡Beelz, estoy que todavía no me lo creo! Zira, lo amo tanto, y él me ama... es mi sueño hecho realidad.

-¡Mierda, parece un cuento de Disney de tan idílico! ¿No hicieron nada más que hablar? ¿En serio?

-Nunca dije que no hiciéramos nada. -Se relamió.- Si bien no hicimos el amor, nos besamos mucho. Y nos acariciamos. Y me di el gusto de probar su delicioso...

-¡Jooo, ése sí es mi amigo!- interrumpió Beelzebub con orgullo.- Ya me parecía raro que no hubieras aprovechado la ocasión para gozarlo un poco. ¡Te felicito!

-¿Y tú? ¿Qué pasó con el señor secretario después que te llevara a la dirección? ¿Te puso un apercibimiento en el cuaderno?- se burló amistosamente.

-¡Ja! Gabriel es incapaz de ser rudo de verdad. Gritó, insultó, habló de moralidad... pero al final cayó y aseguró que él es todo el hombre que yo necesito.- El pelinegro esbozó una sonrisa y afirmó, radiante:- si lo hubieras visto, Crowley. Fue tan ardiente... es un hombre de verdad, de esos que te estrujan entre sus brazos y te hacen sentir cosas con solo hablarte al oído.

-Jejejeje, ¡muchacho picarón! ¿Y qué más te hizo aparte de hablarte al oído? ¿Por que hubo más, no?

-Hubo mucho más. Sobre el escritorio del viejo Metatron... sobre su silla giratoria... -el recuerdo lo acaloró.- Gabriel es un idiota adicto al trabajo, pero conmigo es otro. No te diré lo que le gusta que le haga. Me lo rogó en más de una ocasión. Tal vez lo busque ahora antes de la limpieza y lo complazca...

Crowley le palmeó el hombro con orgullo.- ¡Jefe, entonces no perdamos tiempo! Vayamos a la escuela de una vez y cumplamos con nuestras obligaciones. La charla puede esperar a otro momento.

Soy tu Julieta 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora