Capítulo 30

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Narra Lauren

Le pedí a Camz que se bajara de la moto con cuidado y que se sacara el casco, cuando lo hizo noté su cara de horror y obviamente tenía muchas preguntas. Me pasó el casco y la siguiente en bajarse era yo, me coloqué frente a ella y le sonreí.

-¿Qué hacemos acá? – preguntó colocando sus brazos cruzados sobre su pecho.

-Vinimos a pasar un buen rato juntas.

-¿Un buen rato? ¿En este lugar? – ella elevó una ceja.

-Mira sé que no entiendes nada pero…

-No Lauren, eres tú la que no entiende. A lo mejor hablar con Dinah te hizo mal pero en ni una de tus opciones traerme a este lugar son buenas.

-¿Por qué no?

-Tu sabes porque.

-Quiero que lo digas.

-No empieces a jugar Lauren – se colocó de lado – me sacaron de esa clase para poder venir a revivir uno de los momentos mas duros por los que he tenido que pasar, eso no es amor, no es lindo, ni tampoco sirve para pasar el tiempo – noté cómo Camila miró hacía arriba y me di cuenta que buscaba el barranco por donde sus padres cayeron en ese maldito accidente – lo único que estas logrando es que reviva una y mil veces muchas imágenes que tenía bloqueada.

-Eso está mal ¿no? – ella se quedó callada –es lo que siempre nos repites, uno no tiene que bloquearse cosas porque solo es un peso mas.

-Tu… tu no entiendes – Camila se dio media vuelta y caminó en dirección a la carretera.

-Te puedes ir – le grité – pero este lugar no solo es malo para ti – ella frenó en seco pero sin voltear – y esa es la razón por la que te dije que nuestras vidas juntas estaban destinadas – me miró ¡perfecto! Tenía su atención – acompáñame, necesito contarte algo.

-No me hagas esto Lauren.

-Entonces vamos a una mesa de camping que hay por acá y te cuento ¿bueno? Nunca te  obligaría a hacer algo que no quieres.

-Traerme acá engañada cuenta como obligación.

-Al final del día todo valdrá la pena.

Camila no dijo nada y comenzó a caminar hasta una mesa, me coloqué las llaves de la moto en el bolsillo de mi pantalón y la seguí. Saludé a algunos niños que andaban jugando por ahí hasta que llegamos a nuestra mesa.

-Dime de que se trata esto por favor.

-Sé que este día es difícil para ti pero no porque haya hablado con Dinah – ella no decía nada – el día que nos contaste lo de tus padres y quien eras en realidad yo llegué a mi casa a buscar información y bueno, creo que ya sabes lo que encontré.

-En internet está toda la información que se deseabas no.

-Lo de tus padres fue una tragedia pero no es justo que pases tu vida juzgándote a ti por eso.

-Es mi culpa de todas formas.

-¿porque?

-Por no haberme ido ese día a la hora que correspondía, ellos tuvieron que venir a buscarme, subir esta mierda de montaña y bueno… pasó lo que pasó.

-Sigo sin entender que tiene que ver todo esto con nosotras pero…

-Cuando mi mamá se suicidó dejó una carta – dije mirando mis manos, aún tenía la imagen de esa carta cubierta de sangre y mis manos temblorosas – creo que recuerdo perfectamente lo que decía pero cada vez que trato de recordarlo todo se vuelve borroso – la quedé mirando – lo único que recuerdo es que es uno posdata decía que me amaba y que realmente lamentaba no haberme dado un hermano o hermana, que la vida hubiera sido un poco mas fácil de llevar con uno en mi vida y que no permitiera que me enterraran, que la cremaran… y eso hicimos, en esa carta también salí el lugar y este es el lugar – miré hacía arriba – recuerdo que estaba cansada, que sudaba mucho porque ella quería que la lanzáramos desde la punta y eso hicimos, también recuerdo que era un día de tormenta y cuando las lanzaron muchas cayeron encima de mi ropa. Era pequeña así que me asusté, como eran cenizas creía que prenderían en cualquier momento – reí y ella sostuvo mi mano, levanté la vista y la quede mirando – nada de lo que paso en esos años fue nuestra culpa, no pudimos hacer mucho.

Sessions of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora