Narra Camila
Abrí mis ojos lentamente en la mañana, sentí como el aire caliente de Lauren chocaba con la piel descubierta de mi cuello. Sonreí cuando me di cuenta que aún no despertaba y tenía sus brazos aferrados a mi cuerpo, volví a sonreí cuando me di cuenta que nuestras piernas estaban entrelazadas; traté de moverme y sentí ese dolor que no sentía hace años, ese dolor placentero que solo lograba Lauren Jauregui.
Como pude me acomodé y quedé boca arriba, la mano de Lauren ahora estaba sobre uno de mis pechos y no podía dejar de mirar nuestros cuerpos siendo uno solo ¿Cómo había podido sobrevivir todos estos años sin esta sensación de sentirse completa con la otra persona? Miré sus facciones y estaban completamente relajadas, giré y quedamos frente a frente, Lauren era hermosa; una de mis manos acarició su barbilla, su nariz, sus mejillas, sus labios y su frente. Lauren era suave, toda su piel tenía la textura que me gustaba.
-Te amo – susurré en sus labios – te amo demasiado bebe – subí mi cabeza a la altura de su frente y le di un beso, después de eso voltee, me coloqué la bata y bajé al primer piso a hacer desayuno para las dos. Me sentía como en un sueño, como si estuviera viviendo con ella en esta casa, como si por fin íbamos a poder estar bien, tener nuestra familia… esto era increíble.
Y sabía a la perfección lo que a Lauren le gustaba comer pero con esto de que perdió la memoria realmente no sé si algunas cosas cambiaron así que decidí arriesgarme. En un plato piqué diferentes tipos de frutas, en otro había mermelada y mantequilla, hice algunas tostadas y serví leche, jugo y café. Yo sabía que Lauren elegiría las frutas, las tostadas con mantequilla y el café pero esa era la Lauren que yo recordaba y si algo había cambiado tenía que estar preparada.
-Mmm – sentí que alguien gimoteo atrás de mí – este esquicito olor me despertó – voltee a verla y era increíble lo que estaba viendo. Lauren tenía una bata puesta que dejaba a la vista el espacio entre sus pechos, su pelo desordenado y sus labios hinchados… era jodidamente sexy, a decir verdad me estaba volviendo a humedecer con tan solo verla - ¿Qué? ¿Qué te tengo? – me quedó mirando.
-¿Te das cuenta de lo hermosa que eres? – camine hacia ella y la abracé, quedamos a centímetros – me gustas hasta así, toda desarmada y con tus ojos achinados cuando despiertas – ella sonrió.
-¿Qué hice para merecer a alguien tan importante como tu?
-¿Qué hice yo para que aparecieras en mi vida Lauren Jauregui?
-Por lo que me han dicho aceptaste el contrato de Miami – las dos sonreímos.
-Es la mejor decisión que he podido tomar – acerqué mis labios a los de ella y los besé nuevamente – el desayuno está listo.
-Eso veo – Lauren miró la mesa – hay muchas cosas ricas y si et soy sincera me estoy muriendo de hambre.
-¿Entonces que estamos esperando para ir a la mesa? – la quedé mirando.
-No quiero soltarte – Lauren lo dijo seria y sonreí – se siente… se siente como si por fin encontrara mi lugar en el mundo. Por primera vez desde que salí de la clínica me siento… me siento cómoda en un lugar.
-¿Y que lugar es ese?
-Tus brazos – mi corazón cayó al suelo literalmente – pero también tengo hambre.
-Es increíble como matas un momento tan lindo – me acerqué a ella y besé sus labios – tengo hambre, ven desayunemos.
Nos sentamos a comer y para mi sorpresa Lauren comió exactamente lo que comía conmigo hace años atrás - ¿Por qué sonríes?