Narra Lauren
Desperté cuando comencé a sentir oleadas de aire caliente en mi cuello, abrí los ojos lentamente y entonces sentí un leve peso sobre mi cuerpo y abrí los ojos lentamente, incliné mi cabeza hacía la izquierda y entonces me di cuenta de que tenía a Camila encima de mí. Tenía su pierna sobre las mías y la polera ancha que se había colocado la noche anterior ya no tapaba parte de su piel… se veía hermoso durmiendo, sus facciones estaban relajadas y sus labios entreabiertos.
-¿cómo es que puedes ser tan guapa? – dije en forma de queja y lentamente acerqué la única mano libre que tenía ya que la otra estaba debajo del cuerpo de Camila hacía su pierna desnuda, mientras me acercaba noté como mi corazón comenzó a latir con mas fuerza de lo normal acompañado de unos tiritones que me ponían nerviosa. Cuando llegué a su piel comencé a acariciarla de abajo hacia arriba, en círculos y lentamente ¡era tan suave! ¿Todo su cuerpo será así? Dios Lauren tienes que dejar de pensar en la piel de tu profesora, no está bien.
-¿Divertida Jauregui? – saqué la mano a la velocidad de la luz y de los nervios aproveché de sacar mi brazo que estaba debajo de ella - ¡Aush! Eres una bruta.
-Yo… este… yo… - miré hacía abajo y entonces me di cuenta que mientras la miraba, la acariciaba no me había percatado del dolor que tenía mi cuerpo pero apenas me alejé de ella todos los dolores aparecieron – lo siento – dije mirándola.
-Descuida, la culpa fue mía, en la noche tuviste algo de fiebre y temblabas mucho así que decidí acercarme a ti y no sé en que momento pasó que me quede dormida ni como mi pierna llegó hasta tu cuerpo. Prácticamente dormimos abrazadas – sonreí - ¿Por qué me acariciabas?
-Bueno… desperté y sentí… bueno… aire caliente en el cuello – me toqué el lado en donde lo había sentido – voltee a mirar y era usted quien estaba durmiendo y de ahí me di cuenta de toda la escena y entonces…. Entonces noté su pierna que estaba a la vista y creo que simplemente no me controlé… - volví a mirar hacía abajo.
-¿No te controlaste?
-No – no podía mirarla – ya sabe, usted es guapa….
-Pero soy tu profesora – nos quedamos mirando – te dije que entre nosotras no pasaría nada, no importa lo que hagas ni lo que intentes mi ética profesional está sobre tus deseos.
-No es deseo… solo la encuentro guapa no es que quiera llevármela a la cama.
-Cuando llegaste el primer día dijiste que podías hacer que me corriera con solo besarle – sentí como el color de mi cara cambiaba, esto era vergonzoso – también si había disfrutado mirar tu cuerpo cuando…
-Ya… ok, entendí - dije tratando de colocarme de pie y nuevamente sentí ese maldito dolor recorrer cada centímetro de mi cuerpo – mierda – me tomé el costado izquierdo.
-Lauren ¿estas bien? – en cuestión de segundos la señorita Camila estaba frente a mí - ¿estas bien?
-Esto duele mucho, es horrible.
-Creo que es hora de tu medicina – la quede mirando - ¿Qué? ¿Por qué… porqué me miras así?
-¿Por qué me cuida? Podría llevarme a casa y yo allá me las arreglaría.
-Estas sola
-Siempre lo he estado – nos quedamos en silencio y sus ojos recorrían cada centímetro de mi rostro.
-Entonces… - tomó mis manos y las entrelazó con las suyas – que si quiero que ya no estés sola.
-Se terminará aburriendo de mí, como lo hacen todas.
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