Parte XIII

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Thomas Shelby

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Thomas Shelby.

Todo era un maldito desastre, maldito y puñetero desastre, los Lee se habían metido a la casa de apuestas, robando todo, Kimber había sacado a MonaghanBoy de la carrera, Ada estaba preñada del maldito Freddie Thorne, Caitriona estaba en la cama de Solomons cuando dejé Londres ¿podía ser más imbécil?

Había colocado cada pieza en su maldito lugar dándome una patada a mí mismo en la pelotas ¿Cuánto me tomaría arreglar este maldito embrollo? Si ella y el judío se enamoraban estaría perdido, habría perdido, la habría perdido.

– ¿Dónde mierda estaban cuando esto pasó? – Cuestioné sentado en el escritorio, nadie supo responder.

– Simplemente entraron, es domingo maldición la casa está cerrada – Habló Arthur bebiendo de su vaso – fue una maldita trampa.

– ¿Dónde está Cai, Thomas? – Me cuestionó Polly entrando a la oficina con una bandeja de tazas y té.

– Tuve que dejarla en Londres.

– ¿Por qué harías eso?

– Bueno Arthur, tuve que hacerlo porque al parecer no pueden estar un puñetero fin de semana sin mí porque todo se va a la ¡jodida mierda! – Las tazas que Polly servía rebotaron por el golpe que di al escritorio.

– ¿Por qué la dejaste allá?

– Tuvo una crisis, Polly, sabemos que Caitriona tiene neurosis traumática por la guerra, tuvo un episodio se desmayó en la calle y se partió la cabeza con la acera, los doctores dijeron que no era seguro que viajara.

– Es una hora hasta acá Tommy – Increpó John de pie en el umbral de la puerta, recibió el té que nuestra tía le ofreció insistentemente.

– Lo sé, pero o la dejaba y se recuperaba, o la traía y se moría John, no hay mucho de dónde escoger – Me restregué el rostro recibiendo la taza de Polly – ¿Té Polly?

– Nos ayudará a todos a calmarnos un poco – Explicó sentándose en el escritorio para beber – con lo de la casa de apuestas, y lo de Ada necesitamos un respiro.

– ¿Qué haremos con Ada? – Cuestioné saboreando el líquido tibio y azucarado.

– Me encargaré mañana – Respondió Polly sin observarme.

– No lo hagas Polly – Interrumpió Arthur sentado frente a mi – Si Ada no quiere deshacerse de eso ¿Por qué obligarla?

– ¿Qué puedes saber tú acerca de criar hijos solo, Arthur Shelby? ¡Tienes casi treinta y tres años y ni siquiera te has casado! Yo sé lo que es criar hijos sola no tengo que recordárselos...

– Pero Ada no está sola Polly – Interrumpió Arthur acomodándose claramente afectado – puede que no tenga un maldito esposo pero te tiene a ti, y a nosotros, y a todos los malditos Peaky blinders – Polly bajó la cabeza observándome ligeramente por encima de su hombro.

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