Penúltimo capítulo De fire witch!
Gracias a todes por sus lecturas, votos, comentarios y amor ❣️*****************************
Alfie Solomons.
Tommy me mareaba, me mareaba, su silencio me mareaba, era ambicioso, y en lugar de duplicar mi exportación de ron, ahora, quería triplicarlo, me restregué los ojos cansado, no podía dejar de pensar en Elías, desaparecido en acción, sosteniendo el rostro de mi amada Cai, sus ojos brillando, la maldita sonrisa que tenía al tocar sus mejillas ¡maldita mierda! Estaba celoso, no pensaba con claridad, no podía concentrarme.
– Estoy en una reunión, Ada – Anunció Shelby cuando su delgada hermana se metió por la puerta observándome a mí directamente.
– ¿Qué pasa delgaducha?
– Tiene una llamada urgente desde Londres – Anunció haciendo que se me apretara el corazón, Caitriona.
Me coloqué el teléfono al oído expectante, el corazón me latía a mil por hora, Thomas me había seguido hasta el recibidor.
– Dímelo Ollie – Del otro lado la respiración del moreno era nerviosa, compulsiva – ¿Ella está bien?
– Jefe. Volvió a pasar, Cai está en el calabozo de la comisaría – Anunció haciendo que mi piel se erizara – le disparó a Elías.
– ¿Qué mierda pasó?
– Sus vecinos llamaron, escucharon el disparo para cuando llegaron Caitriona estaba metida debajo de la mesa, otra crisis.
– Ollie, contacta al detective O'Conell y cóbrale el favor que nos debe, saca dinero de la caja fuerte y saca a Cai de ahí, voy en camino – Apenas corté la llamada Shelby dio un paso al frente – Tengo que irme.
– Si viajamos en una barcaza llegaremos en menos de una hora a Londres, los canales se conectan entre todos.
– Bien.
Thomas estaba pálido, fumaba cigarrillo tras cigarrillo como una maldita chimenea, sus manos temblaban aferrándose al pantalón para tratar de que no viera su evidente nerviosismo, el pobre sufría por no tener idea de qué mierda hacía mi chica metida en un puñetero calabozo.
– ¿Elías Solomons, es tu hermano? – Cuestionó alzando la mirada para verme como si todo le hiciera sentido – mierda.
– Entonces si se conocían – ¿Qué decía? Era obvio que se conocían, Caitriona no se habría ido así de lo contrario – ¿de dónde Thomas?
– Él era comandante de un escuadrón que llevó a Caitriona y a su pelotón hasta Burdeos – Soltó aspirando su cigarrillo – por lo que sé, algo pasó entre ellos hasta que fueron emboscados en un pueblo cercano al lugar de destino, se separaron, seis meses después la encontramos – La maldita barcaza no se movía lo suficientemente rápido ¿Por qué Elías habría ido con ella? ¿Le habría hecho daño? ¿Quería cogérsela? ¿Trató de matarla? Me comía la maldita mente.
– ¿Estás enamorado de ella Thomas? – Solté observando cada detalle, me observó atentamente para después de sólo segundos bajar la mirada, aspiró nuevamente su cigarrillo para no dar respuesta alguna.
Ollie caminaba apresuradamente detrás de mí mientras explicaba todo, mi chica había sido acusada de intento de homicidio, Elías estaba vivo con una bala que había atravesado su hombro izquierdo a quemarropa, pagué suficiente dinero para que el caso se cerrara de inmediato, sobornando policias, jueces, detectives, y oficiales, no me importaba un carajo.
Caitriona se colgó de mi cuello cuando entré a buscarla al calabozo, helada, mojada, con el rostro amoratado y los ojos hinchados de llanto, temblaba como un perro apaleado, temblaba tanto que era incapaz de hablar.
– ¿Puedo confiar en ti para que la lleves a casa a descansar? – Thomas me observó mientras la acurrucaba contra mi pecho envolviéndola en mi abrigo – tengo que saber que mierda pasó – Asintió firmemente desde el asiento de enfrente – Ollie ¿madre está en Londres?
– No jefe.
– Bien, que no se entere que Elías sigue vivo.
– Sí jefe – Cuando el automóvil se detuvo delante de la casona Caitriona se aferró a mí como si fuera un gato, sus diminutas uñas se metieron a través de mi camisa.
– No te vayas, Alfie – Susurró acercándome a ella – No...
– Amor, necesito arreglar esto.
– No me dejes. Tengo miedo, Alfie – Me cortó la respiración, los ojos despavoridos, tan pálida que parecía que sus ojeras se habían tragado los globos oculares, tomé su rostro acomodando el abrigo sobre sus hombros.
– Thomas está aquí, amor se quedará contigo.
– ¿Thomas Shelby?
– ¿Con que otro Thomas te dejaría? ¿Te sentirás segura? – Una lágrima se escapó resbalando por su mejilla mientras asentía temblando – estarás bien.
El maldito ya coqueteaba con las enfermeras cuando llegué al maldito hospital, tenía el hombro vendado y el brazo en un cabestrillo de mierda pegado al cuerpo, cuando me vio palideció, recordé entonces esa expresión de cuando éramos niños y rompió una tetera de porcelana de nuestra abuela, aquel rostro de pavor por la represalia, de no saber qué sucedería.
– Afuera todos – Ordené acercándome para llevar una silla hasta el frente de la camilla, me encendí un cigarillo en silencio, la rabia recorría cada poro acelerando mi respiración – ¿Cómo vas a defenderte?
– Me disparó a quemarropa.
– ¿Qué mierda hacías en su departamento?
– Necesitaba verla, ella y yo...
– ¿Por qué su rostro está amoratado? – Bajó la mirada restregándose la nariz avergonzado.
– La golpeé – Mi mano derecha tembló y me vi obligado a cerrar los ojos buscando la calma que madre me había enseñado a encontrar – Alfie...
– Cállate ya ¿Por qué mierda, Elías?
– ¡Me revolcaba con ella entre las trincheras de Francia, Alfie, es una maldita puta! – Me lancé sobre él empuñando mi mano para golpear su bonito rostro, el sonido del golpe me salpicaba en los oídos y no me detuve hasta que Ollie, con la ayuda de algunos de los hombres que Tommy me había prestado me sacaron de encima de él, Elías escupió sangre, hasta que vi sus nudillos rotos no me di cuenta de que me había regresado algunos golpes – es una zorra, Alfie.
– ¡Cállate ya!
– Te ha embrujado, va a embrujarte, es una arpía – Aulló sentándose en la cama mientras se limpiaba la sangre con la sábana de su camilla – Hermano.
– Si vuelves a acercarte a nosotros te mato.
– ¿Qué?
– Quiero que cojas tus cosas y te vayas de aquí, ni mi madre ni nuestros hermanos saben que estás con vida, si vuelves a acercarte a nosotros, si vuelves a Londres, te meteré una bala tan adentro del culo que te saldrá por las malditas orejas. Maldito perro mal agradecido – Sus ojos brillaron en algún sentimiento que no supe cómo identificar, me arreglé el abrigo y lancé un fajo de billetes sobre la cama para salir del maldito hospital de mierda, en casa, mi doctor de cabecera estaría revisando a Caitriona.
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Fire Witch.
Fanfiction¡Fanfic número 7, si, número 7 de Peaky blinders! La heterocromía no era algo común y aún en una época moderna algunos lo consideraban signo de brujería o pacto con el diablo, el hecho de no conocer el origen de mis padres biológicos le daba aún más...