La familia Markov siempre fue una familia de ejército, el padre, de mi padre, de mi padre había peleado y probablemente muerto en alguna guerra, fue por eso que cuando la guerra estalló en 1914 mis hermanos, sin pensarlo partieron, dejando a mi padre y a mí expectantes en la mansión.
Bélgica era un país hermoso, y nuestra finca quedaba bastante alejada de las ciudad principal en Brujas, gracias a esto, a los soldados les costó llegar hasta nosotros una vez se tomaron el país.
Muy pocas mujeres fueron a combatir, pero luego de la muerte de mi padre fue muy sencillo llegar al frente. Terminé en Francia, combatiendo en las trincheras y al ser hija de un General, entré siendo subteniente y capitán de escuadrón.
Me cubrí los oídos haciendo un rollo con mi cuerpo para protegerme a mí misma, fuera de la trinchera la bomba explotó salpicando tierra sobre mí y poniendo un pitido en mis oídos mientras me arrastraba por el barro, escuchaba las balas volando por sobre mi cabeza, los gritos, los llantos que erizaban mi piel.
Corriendo entre los cadáveres, una bala se metió en mi hombro.
– Tranquilo soldado – Mis ojos se abrieron por las ligeras cachetadas a mi rostro embarrado, los ojos verdes sobre mí sonrieron al verme despertar.
– Arthur mira sus ojos...
– Estás herido, la bala está en tu hombro – ignoró el comentario que me hizo sonreír – Debemos sacarla John...
– No podemos hacerlo aquí – Habló otro asomándose por encima de los cuerpos para observar del otro lado.
– Hay que volver a la cabaña que encontramos y...
Volví a desmayarme, mis ojos se abrían por cortos periodos dejándome ver el bosque, el fuego, sentía el ardor caliente de la bala dentro de mí, la tensión de la piel adolorida alrededor del área por la sangre seca, mi brazo helado, la punta de los dedos punzando.
Mi batallón me había apodado como la bruja del bosque, todo un mito se había formado alrededor de mi origen y algunas características físicas específicas.
– Soldado, despierte – Mis ojos volvieron a abrirse para encontrarme ahora con los azules ojos sosteniendo mi rostro – ¿Cuál es su nombre?
– Ka... – Me lamí los labios al sentir la garganta áspera.
– Dale agua John – El aludido estiró una cantimplora de la que bebí desesperada, eran ingleses, su acento los delataba.
– Soy la subteniente Caitríona Markov, sargento – Respondí apoyando mi mano derecho sobre el suelo para sentarme.
– ¿Qué? – Estiró su mano para quitarme el casco, el cabello rojizo se desenredó cayendo por todas partes dejando al trío de hombres viéndose entre ellos.
– Eres del escuadrón de la muerte – Exclamó el de ojos verdes y bigote acercándose mientras yo asentía.
– Sabía que es la bruja de la que todos hablan...
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Fire Witch.
Fanfiction¡Fanfic número 7, si, número 7 de Peaky blinders! La heterocromía no era algo común y aún en una época moderna algunos lo consideraban signo de brujería o pacto con el diablo, el hecho de no conocer el origen de mis padres biológicos le daba aún más...