Capítulo 54

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Disculpen las faltas de ortografía que puedan llegar a encontrar.

-US-

El sonido de las respiraciones agitadas, los golpes secos y los jadeos de dolor eran lo único que se escuchaban al rededor de la habitación. Treinta contra uno y Steve ya estaba aburrido, sus pensamientos habrían sido diferentes de encontrarse en otra situación, en otro lugar, en el bando contrario; no era el caso.

El ultimo hombre cayó con un certero golpe en su nuca y un remate con su escudo en la sien, respiró hondo enderezándose y su mirada se encontró con la oscura de Rumlow. El agente estaba colérico, el Capitán América, próximamente Capitán Hydra, era un buen estudiante, atento y perseverante, observador. Cada movimiento, cada paso, cada golpe era tan certero y rápido que podría jurar que el hombre hubiera entrenado toda la vida, todo el tiempo, y no apenas unos pocos días atrás.

Necesitaba encontrar una forma de derrotarle, demostrarle que no era único, que aun era débil, blando. Sonrió, recordando que aun había alguien capaz de enfrentarle, capaz de derrotarle...un extraño brillo apareció en los ojos del agente antes de salir de la habitación en busca del contrincante.

Steve suspiró, aburrido y fastidiado, sea lo que Rumlow buscara y esperara le haría perder el tiempo, ya había demostrado que era bueno, el entrenamiento había terminado desde hace dos horas y para ese momento podría haber estado con Tony, disfrutando de su compañía, recostados en aquella cama en silencio y sin ser molestado. Quien fuera su último contrincante no duraría mucho, estaba tan frustrado que no se contendría, el nuevo suero que le inyectaban lograba maximizar sus sentidos a un nivel superior, no estaba seguro que tanto pero en lo que sí, era en el hecho, de que no era más el Capitán América.

¿Qué como lo sabia? Tony.

No se equivocó en decir que Hydra intentaría reclutar al castaño, tampoco ayudaba que este se encontrara encerrado sin poder hacer nada, y cuando le ofrecieron un laboratorio y taller donde podría ayudar a la evolución que él tendría, por supuesto que Tony no se negó. En primer lugar para supervisar lo que fuera que intentaran inyectarle, y en segunda para entretenerse en algo, mejor dicho, para buscar respuestas, Steve no estaba seguro de qué, pero algo Tony buscaba.

Camino aburrido a lo largo de aquella enorme jaula, pateando sin fuerza uno que otro barrote con las manos cruzadas tras su espalda y simplemente mirando al resto de los "guardias", por el rabillo del ojo logró ver a dos de los hombres entrar y comenzar a sacar los cuerpos esparcidos por el suelo. No estaban muertos por supuesto, pero podía asegurar que tendría unos meses sin verlos por ahí.

Su mente comenzó a divagar, era increíble el camino que había recorrido, de ser un héroe a un...¿villano? ¿podía considerarse un villano? Quizá un traidor, aunque aun no había hecho gran cosas más que entrenar y entrenar. Las puertas se abrieron y se sorprendió al ver a Tony entrar, tras él dos científicos con batas blancas le seguían y una carpeta entre sus manos cada uno, sus rostros ligeramente preocupados intentando esconder el miedo y preocupación, sus ojos observaron el brillo plateado en los brazos del castaño e hizo una mueca, parecía que aun no encontraban una forma de retirarlo.

-¿Tony?

Las puertas volvieron a abrirse, en esta ocasión Rumlow entró seguido de...Steve elevó una ceja, curioso por la elección del contrincante, se detuvieron y el agente borró su sonrisa al ver al castaño.

-¿Stark?

La mirada molesta dirigida a los científicos les hizo encogerse y temblar ligeramente ¿Qué estaba sucediendo?

No hubo respuesta, como si los barrotes donde Steve se encontraran no fueran hechos de metal, Tony abrió la puerta botando la cerradura y rápidamente entró, sus brazos cerrándose entorno al cofre del rubio y oculto su rostro en su pecho no importándole que tan sucio se encontrase.

Unbreakable SoulmatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora