D O C E

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"Tejados y cielos de crayón"

Si hubiese sabido que a consecuencia de sus actos se desencadenaría semejante, y extraña, variedad de acontecimientos, se hubiera quedado quieto ese lunes y no habría ni siquiera pensando en golpear a alguien el día siguiente.

Siendo sincero prefería mil veces las infantiles amenazas de Taehyung, antes que cualquier juego psicológico que estuviera jugando su mente, era cruel. Sentía que se volvería loco en cualquier momento.

Pasó el resto de las clases sentado de forma que la mitad de su trasero quedaba fuera de su banca por intentar hacer espacio entre él y Kim, quien parecía de lo más tranquilo y sereno del mundo. Como si absolutamente nada hubiera pasado, como si hace solo unas horas no lo hubiera lamido y mordisqueado como un maldito dulce.

Tan solo recordarlo hacía que la sangre se le subiera al rostro de manera vergonzosa, ese era otro síntoma de su locura. Para empeorar la situación, en más de una ocasión pudo ver de reojo como Taehyung miraba fijamente el cuello de su camisa haciendo que se lo reacomodara nervioso.

Aunque él tampoco podía salir ileso de ese cargo, porque en más de una ocasión se sorprendió a él mismo mirando con sumo detalle los labios del mayor, a veces simplemente cuando hablaba, a otras, un poco más atrevidas, cuando su lengua se colaba entre ellos mostrando lo concentrado que estaba en resolver los problemas interminables de la hora de cálculo.

En ambos casos terminaba con el rostro caliente y con ganas de meterse en un hoyo o de mudarse al otro lado del mundo donde, específicamente un individuo castaño, alto y guapo llamado Kim Taehyung, no lo encontrara.

Para terminar su jornada escolar con broche de oro apenas sonó el timbre salió corriendo del aula, casi como si un ente maligno lo persiguiera, directo a su lugar seguro, o su casa.

Sus planes se vieron frustrados en cuanto escuchó las pisadas rápidas del mayor a su espalda, y como él lo llamaba. Se frenó para que le diera alcance.

-¿Qué ocurre? Estás evitándome-Protestó Taehyung con la respiración algo acelerada, asumía que por perseguirlo.

-¿Estás jugando? ¿Vas a hacer como que no hiciste nada o qué?-Preguntó frunciendo el ceño.

-Pensé que estaría bien si ignoraba eso-Respondió agachando levemente la cabeza.

-Nunca dije que lo ignoraras-Murmuró por lo bajo él. Se volteó para seguir con su camino, sin sorprenderse de que Taehyung también lo siguiera.

No estaba molesto, solo confundido. Si lo pensaba bien, debió de haber supuesto que el mayor en algún momento haría algo así, después de todo era demasiado atrayente para ignorarlo.

Y no, no es que aceptara limpiamente que estaba enamorado de Kim Taehyung, porque esa no era la situación. Solo decía que la química estaba ahí, demasiado presente para ignorarla. Incluso con los ojos vendados se hubiera dado cuenta del comportamiento, poco casual, que ambos se tenían reservados mutuamente.

Lo único que pasó hoy fue que una situación desencadenó la reacción de Taehyung y eso los llevó a esto.

Bufó llevando sus ojos al cielo, cansado de pensar en causas y efectos en cadena, y razones que ahora simplemente no tenían sentido.

Sinceramente se sorprendió de su reacción, siempre había pensado que si se veía en una situación como esa intentaría zafarse a como dé lugar de la otra persona. Claro que eso fue antes de conocer a Kim Taehyung.

Esto último lo confundía más.

¿Qué es diferente de Kim con los demás?

No era por el hecho de ser amigos. Porque ni siquiera a sus hyung les permitía pasarse de cariñosos con él, y eso que ninguno era un adicto al tacto como el castaño. Lo atribuyó a la química que antes había mencionado, sí, solo es eso.

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