T R E C E

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"Conversaciones instantáneas y cafés para la mañana"

Era jueves.

Cuando su madre llegó a casa en la madrugada, a pesar de ser las tres y que ella acababa de llegar del trabajo, lo despertó chillando por el microondas que había instalado en su ausencia. Él la recibió con una sonrisa y a pesar de la hora y el cansancio decidió tener una comida nocturna, que consistía en sopa instantánea calentada en el nuevo aparato.

Se sentaron a la mesa, y empezaron a ponerse al día con sus vidas. Le habló de que el colegio ya no le parecía tan aburrido, de su nueva afición por los dulces y que había empezado a leer más a menudo. También mencionó la posibilidad de estudiar una carrera artística, a lo que ella asintió encantada.

Eventualmente mencionó a Taehyung, casi como si fuera una trivialidad, lo que desencadenó que su madre se pusiera en modo interrogatorio, preguntándole por su físico, su personalidad, sus pasatiempos y sobre todo si le gustaba.

Él describió lo mejor que pudo a Kim, pero negó rotundamente a lo último, poniéndose nervioso haciendo a su madre reír.

Así dieron las cuatro y las cinco, y cuando fueron a ver el reloj ya debía de empezar a alistarse para el colegio.

Efectivamente se sentía más cansado, pero estaba demasiado alegre para darle importancia.

Salió camino al colegio, temprano como siempre despidiéndose de su madre antes de salir.

Se sorprendió de encontrarse a Taehyung recostado contra la verja de su casa, esperándolo.

Le sonrió y agitó su mano en señal de saludo.

No pasó mucho tiempo antes de que recibiera un texto de su madre preguntando si él era Taehyung, él gustoso afirmó esa pregunta.

El camino se convirtió en incesantes tarareos y sonrisas por su parte, y en una constante mirada curiosa por parte de Taehyung.

-¿Me dirás que te tiene tan alegre?-Preguntó el mayor cuando faltaba poco para llegar a su destino.

-Tuve una buena noche-Respondió, pensando que eso sería suficiente. Fallándose él mismo al no resistir el querer compartir su alegría.-Compré un microondas hace unas noches atrás...

-¿Qué tú qué?-Lo miró incrédulo su acompañante, casi como si le hubiera crecido un tercer ojo.

-Me amenazaste con comprarme uno el lunes-Le recordó-No quería que gastaras dinero.

-No iba a comprarte un microondas de todas formas-Respondió ceñudo.

-Bueno, contigo nunca se sabe-Se encogió de hombros.-Entonces mamá se dio cuenta en la madrugada cuando regresó de su turno y fue a despertarme mientras chillaba lo emocionada que estaba de poder tener un microondas-Siguió con su relato viendo como poco a poco una sonrisa enternecida crecía en la boca del mayor.-Me obligó a que comiéramos sopa instantánea calentada en él ¡A las tres de la mañana!-Rio- Pasamos hablando toda lo que quedó de la madrugada, así que solo he dormido como dos horas, pero estoy de buen humor.

-¿Ah sí? Eso es bueno-Respondió alborotando su cabello como si lo felicitara por algo- Lo del sueño no, eso debe de ser una mierda. Aunque ya podrás dormir por la tarde. Pero hablar así, debió de ser genial.

-Podré dormir, si cierta persona no se cuela en mi casa-Mencionó divertido, ganándose un "Eso no parecía ser impedimento para ti hace unos días" El edificio en que se encontraba el colegio apareció en su campo de visión haciendo que le entrara inmediatamente pereza de prestar atención en clases. Suspiró-También le hablé de ti-Comentó, mirando al frente.

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