V E N T I U N O

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"Un vistazo a la mente de Han Chulseung"

Los vio doblar por la acera, siempre juntos y sonrientes.

Había pensado erróneamente que algo había pasado entre ellos, al no verlos juntos unos cuantos días. Casi se ríe de sí mismo al encontrarlos hablando, muy cómodos, cerca de las máquinas expendedoras.

Podía apostar a que el pequeño Kim se había enterado de su discusión con Dongsun y había ideado un estúpido "plan" para evitarle problemas a Jungkook. Tan gracioso.

Desde su ubicación en el techo del depósito del colegio, el único edificio de un piso en el lugar, pudo ver como el castaño pasaba su brazo por la cintura del menor haciéndolo soltar una risa amarga. Se veían felices. Desde el miércoles los había notado más brillantes que nunca. Le daban nauseas.

Soltó un suspiro pensando en las cosas imposibles e improbables de su vida, él quería también muchas cosas. Pero no. Él no podría tenerlas.

Sacó de su bolsillo su cajetilla y frunció el ceño al notar que solo quedaban dos cigarrillos dentro. Tomó uno y lo encendió mirando de reojo a la "pareja" que conversaba animadamente en la entrada del colegio.

Decidió bajar del techo, bajando por un árbol al costado del edificio y caminar en dirección contraria a la institución. No tenía ánimos para lidiar con gente estúpida por más tiempo.

Anduvo con cuidado unas cuantas cuadras, por el uniforme, hasta llegar a una cafetería que solía transcurrir algunas mañanas. Lanzó el cigarro a la acera pisándolo frente a la tienda. Entró ignorando las miradas curiosas de los pocos clientes y pasó directamente al baño, encerrándose en uno de los tantos cubículos.

Se acunclilló en el piso dejando su mochila entre sus piernas. Sacó dos cuadernos, los únicos que había llevado a casa ayer, y removió un poco sus pertenencias hasta encontrar su cartucho de emergencias en el fondo de la mochila. Sacándolo de un tirón y depositándolo en el suelo guardó las demás cosas.

Dejó su mochila abandonada en alguna esquina del cubículo y sacó su ropa y zapatillas del cartucho para cambiarse rápidamente. Con unos jeans oscuros y una sudadera gris bastante cómoda salió del cubículo cargándose la mochila en la espalda. Se dio un vistazo en el espejo encogiéndose de hombros y se colocó la gorra negra que cargaba en la mano.

Salió de la cafetería ignorando las malas miradas y la queja de uno de los trabajadores de que para usar el baño debía de consumir algo, podía buscar otra cafetería, la ciudad estaba llena de ellas.

Empezó a caminar sin rumbo, como ya era costumbre la mayoría del tiempo para estar lejos de casa, cualquier lugar era mejor que esa mierda.

Se detuvo abruptamente al toparse con un pequeño puente, evitando cruzarlo, giró sobre sus talones y decidió caminar en dirección a la estación de metro más cercana para poder cruzar al otro lado, donde se encontraba el parque al que solía ir. No era bonito, en realidad era uno de los lugares más desolados y abandonados de la ciudad. Ahí debía estar su encanto, pensó.

Suspiró al entrar en el vagón del metro, dándose cuenta de lo estúpido que era. Ya habían pasado años desde entonces y él aun no podía quitarse de su mente todo aquello.

Era un niño, debía ser razonable.

Era un desafortunado y lluvioso día en su antigua ciudad.

Él le había insistido a Dongsun para que fuera con él a ver como la corriente pasaba por el único puente que tenía la pequeña ciudad, uno casi al límite de todo.

Estaba corriendo, para no mojarse, ya que su capote blanco no parecía ser suficiente.

Recuerda llegar al puente y mirar hacia abajo para ver la corriente de agua chocar contra las rocas que había y luego...nada.

No recuerda nada, y es mejor que así sea. Solo recuerda despertar en el hospital días después de su estado de shock y enterarse de que había pasado.

Su hermano mayor se había tirado del puente, y él era quien lo había encontrado.

Y él, a sus doce años, no lo entendía. Hanwoo siempre se había mostrado feliz con su vida, era amable con todos, parecía estar bien. Y le compraba helados, sonreía y jugaba con él.

Como todos los hermanos peleaban, en especial cuando el mayor ganaba en los videojuegos y él se enfurruñaba diciendo que era un tramposo. Pero luego Hanwoo lo dejaba ganar y le hacía halagos para que dejara de estar molesto y sonriera.

Pero parece que nunca llegó a conocerlo realmente, nunca. Nunca supo que pensaba o el por qué.

Luego de eso todo cambió, dejó de sonreír.

Y las personas le empezaron a parecer tan débiles y patéticas. Si Hanwoo que era lo mejor de su vida no había podido contra sus propios pensamientos ¿Por qué otra simple persona si? No. No podían, todos eran débiles.

Él era débil. Estaba triste y destruido. Lo sabía.

Y envidiaba a las personas débiles que aun siendo débiles podían ser felices.

¡¿Por qué ellos sí?!

Respiró profundamente al notar que estaba empuñando sus manos y sus uñas empezaban a doler en sus palmas. Frunció el ceño. Y se pasó las manos por el rostro frustrado.

Bajó del vagón y subió las escaleras del subterráneo con prisa, casi como si alguien lo esperara, cosa que sabía no era cierta.

Al subir los rayos del sol impactaron contra su rostro por lo que bajó bruscamente la visera de su gorra y metiéndose las manos en los bolsillos se encaminó al "parque".

El foco de sus pensamientos cambió cuando casi choca con dos chicas que corrían desesperadamente con sus mochilas al hombro, seguramente por estar llegando tarde. Sonrió burlón ante el pensamiento de que seguramente ya no las dejarían entrar.

Siguió caminando, esta vez pensando en Kim, ese chico que últimamente le gustaba molestar.

Era demasiado celoso y era muy gracioso cuando le echabas algunas cosas en cara. Sin embargo, y debía concedérselo, el sujeto podía parecer un asesino serial.

Un ejemplo fue aquella vez que decidió joderlo en el pasillo. Tal vez no debió de mencionar a Jeon, eso lo volvió un poco loco.

Rio sin ganas llevando su mano instintivamente a su hombro, lugar donde había tenido un gran moretón durante semanas. Cortesía de Kim Taehyung y su afán de estrellar contra una pared a las personas que llamaban perra a su "novio".

Finalmente terminó por llegar al "parque" y echarse bajo uno de los árboles, que a pesar de ser muy frondoso, dejaba penetrar algunos rayos del sol.

Sin embargo este no estaba solitario como siempre. Un grupo de tres sujetos hablaban sospechosamente reunidos en un pequeño montón en medio del lugar.

¿Por qué seguir en esto? ¿Por qué seguir castigándose así?

¿Por qué no acabarlo todo?

-¡Eh! ¡Bastardos!-Sonrió con sorna al ver que tenía la atención de los hombres.

Pronto terminaría.

Pronto.

Ayuda.

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Buenas :3
Sí, ahora viene el drama...bueno, más drama. Lo siento por eso.
Sorprendentemente no ha pasado mucho tiempo desde la última actualización, espero mantenerme así.

Gracias por leer uwu.

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