Emily
Luego de un almuerzo en "familia" me dirigí a la habitación rosa.
Realmente extrañaba los almuerzos reales con toda la familia unida. Sentarme con mis primos en una misma mesa, mientras que los adultos se sentaban en otra por separado. Hacía mucho tiempo que eso había dejado de suceder por problemas que, mirando hacia atrás desde el punto en el que me encontraban, me parecían bastante tontos.
Decidí alejar esos pensamientos que solo me llevarían a sentirme mal y leer un poco más del cuaderno de Anne.
No había podido leer mucho con el hombre allí, hacía que ella fuera a revisar que estábamos haciendo todo el tiempo, por lo tanto no podía hacer más que fingir leer un libro, al igual que Max. Si ella era una carcelaria, él era el alcaide de la cárcel.
"Hoy es 28 de julio de 2018. Es difícil escribir con ellos en casa, pero me ayuda que estén tan concentrados con el cuarto frente al mío, entran y salen con muebles y pintura, la mayoría de las cosas son verdes por lo que llegué a ver.
Hace unos días los escuché hablar por la noche. Al hombre no lo había visto desde el día en el que me trajeron, secuestraron. Había desaparecido por unos días, pero luego volvió.
Recuerdo que sentí la puerta principal abrirse y como subía la escalera, sabía que no era ella, ella estaba en una habitación al final del pasillo, la había sentido pasar hacía ya varias horas. No he entrado, ni escuchado nada proveniente de allí dentro, solo llego a ver la puerta gris que casi se pierde en el blanco de la pared.
Comenzaron a hablar y lo que escuché me dejó perpleja.
—Cariño, siempre hemos querido tener un niño, con Sara de nuevo en casa podemos tenerlo —decía él.
—No lo sé, no estoy segura, con Sara soy más que feliz.
—Es lo que siempre hemos querido —él estaba hablando con un tono más alto—. Yo sé que tu lo quieres —su voz bajó un poco—. Tu lo quieres—eso había sonado más como una orden.
No quería imaginar a que se referían con tener un hijo, pero tenía un idea.
Anne."
Si algo me quedaba claro es que estas personas no estaban para nada bien.
Por lo que había entendido, cuando Anne estaba aquí la habitación en la que se encontraba Max aún no existía, lo que me llevaba a preguntarme, ¿habían estado allí otros niños antes que Max?
Algo que había llamado mi atención era la mención del cuarto al final del pasillo. En el momento en el cual llegué a ese lugar logré ver las diferentes habitaciones del pasillo, pero no me había percatado de una puerta al final de este.
Me dirigí hacia la puerta de la habitación y la abrí lentamente, asomé mi cabeza y mi mirada fue hacía mi derecha,el final del pasillo. Allí no había nada más que pared, no entendía que puerta había visto Anne. Es cierto que había una puerta a la que no le había dado demasiada atención, esta se encontraba a un lateral de la puerta de Max y ella había escrito de una puerta al final del pasillo no en uno de sus lados.
Me saqué los zapatos que llevaba ya que tenían un pequeño taco que en la madera sonaba demasiado y me podría delatar, los dejé al lado de mi puerta y salí. Lentamente caminé hacia la puerta que veía, intenté abrirla pero esta se encontrada trancada y una idea vino a mi cabeza.
Cuando era chica solía espiar por la cerradura de mi habitación para saber si venían mis padres y tirarme rápidamente a mi cama para fingir que estaba dormida, sonreí por el recuerdo, pero debía concentrarme en lo que estaba haciendo.
Miré a través de la cerradura y lo que llegaba a ver era una cama matrimonial y otra puerta al lado de esta, este era su dormitorio. Todo allí dentro era de color blanco y gris, parecía sacado de una revista por lo ordenado y perfectamente decorado que se encontraba.
Anne había escrito sobre una puerta gris que casi se perdía en el blanco de las paredes, pero algo no coincidía, las paredes no eran blancas. Estas estaban empapeladas con un diseño de rayas grises, beige y blancas.
Miré al final del pasillo nuevamente y me acerqué. Con mucho cuidado pasé mi mano por la pared, lentamente y con mucha atención en lo que estaba haciendo, y funcionó. Sentí un pequeño hueco en la pared, era para la llave estaba segura, pero ¿dónde estaba el pestillo? Si había uno se notaría.
Bajé a la altura del piso y pase mi mano de lado a lado, también había un espacio allí. Efectivamente había una puerta allí. ¿Por qué la habían tapado?
Sentí unos pasos que se acercaban a la escalera y rápidamente corrí hacia la habitación, de nuevo esa sensación de nerviosismo me inundó. Llegué segundos antes de que mi puerta se abriera, me dio el tiempo para sentarme, mejor dicho tirarme pegándome muy fuertemente, frente a la casa de muñecas y fingir que estaba jugando.
—Cariño, está lista la merienda —dijo ella, yo volteé para verla. Miró a su lado y vio mis zapatos, demonios se me habían olvidado—. Sara, te puedes enfermar, ponte tus zapatos.
ESTÁS LEYENDO
La Familia [En edición]
Bí ẩn / Giật gânTerminada Luego de un viaje en la cajuela de una camioneta, llega a una casa de la que no hay salida. Emily tendra que escaparse de su nueva "familia" sin caer en su loco juego mental. Por otro lado, el detective Jobs está haciendo todo lo posible...