Luego de haber visto el plan de Anne esperé a que Max pudiera llegar a mi habitación para contárselo. Esa mañana hablamos a través de la puerta de mi habitación, le conté el plan y le dije que tenía que hacer para que esto funcionara, solo la primera parte en la que el trabajo era de él.
Anne no se econtraba encerrada en su habitación, pero yo si y necesitaba salir de allí en primer lugar. Dejamos pasar un día para prepararnos, queríamos irnos ya, pero debíamos hacerlo con la cabeza en frío.
Estaba mirando hacia mi ventana en la madrugada, cuando vi el sol salir, era el momento. Me acerqué a mi puerta y vi por el pequeño espacio debajo de esta los pies de Max atravesando el umbral de la suya. Él ya sabía donde guardaban las llaves de mi habitación, solo quedaba conseguirlas. Debía entrar al cuarto de la mujer y tomarlas de la pequeña mesa junto a su cama, sin hacer ruido alguno, a nuestro favor teníamos que ella siempre dejaba la puerta de allí abierta por la noche.
Al cabo de lo que fueron unos minutos, aunque se parecían más a horas, sentí una puerta cerrarse, allí comenzaba la segunda parte de todo eso.
Max se debía encargar de cerrar la puerta de la mujer, dejarla trancada dentro y algo tonto de su parte, pero que nos facilitaba todo a nosotros, era tener todas las llaves del piso de arriba juntas. Al instante comencé a sentir golpes, ella se había despertado cuando Max trancó su puerta, estaba golpeando desesperada intentando salir.
Rápidamente mi puerta se abrió, me levanté del suelo y vi al niño que sonreía frente a mi.
—Lo haz hecho muy bien, vamos —le dije para luego tomarlo de la mano y bajar las escaleras hacia el comedor.
Anne había dejado en claro en su plan que las llaves del primer piso de la casa estaban juntas también y aseguraba que escuchó a la mujer guardarlas en la sala de estar, creía que en la biblioteca. Por lo que nos dirigimos a esta. Tiramos todo lo que había en ella para poder encontrarlas, pero ya no había nada, solo quedaban los dos estantes más altos a los que ninguno de los dos llegaba. Tomé a Max y lo subí sobre mi hombros, lo tomé de las manos, estirando mis brazos, y se paró sobre estos. Comenzó a buscar con una mano, ya que la otra la usaba para apoyarse, los golpes arriba no cesaban poniéndome más y más nerviosa, al igual que los gritos de la mujer, que las dejáramos salir o se lo contaría y el nos castigaría a su forma y ella no quería eso.
—Emily, las tengo —suavemente lo ayudé a bajar y corrimos hacia la puerta.
Los golpes arriba se hacían más fuerte y la tensión aumentaba, en cualquier momento tiraría la puerta abajo. Probé la primera llave y no funcionó, la segunda, la tercera y tampoco, al cuarto intento abrió, al mismo tiempo que en el piso de arriba se escuchó un gran estruendo, la había abierto. Salimos rápido y ya del otro lado trancamos la puerta principal de la casa, dejándola encerrada adentro.
Estábamos fuera, el plan había funcionado y nosotros eramos libres.
Ahora solo quedaba correr, irnos. Tomé a Max de la mano y comenzamos a correr juntos, mientras caían las primeras gotas de lluvia, la lluvia nunca había significado libertad para mí como lo fue en ese momento.
Corrimos hasta llegar al camino de piedra, por el cual había pasado al llegar aquí, rodeado por muchos arboles, una especie de bosque, lo podíamos seguir para irnos. Por allí también corrimos hasta que de pronto en una curva de este algo dobló abruptamente.
—Oh no... —pensé.
Quedamos de frente, sus luces nos alumbraban, todo estaba arruinado. Esto no terminaría así. No nos rediríamos. Sin importar el auto con el hombre frente a nosotros tomé valor.
—Corre —le susurré a Max para luego adentrarnos entre el bosque a toda la velocidad que podíamos.
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La Familia [En edición]
Mistério / SuspenseTerminada Luego de un viaje en la cajuela de una camioneta, llega a una casa de la que no hay salida. Emily tendra que escaparse de su nueva "familia" sin caer en su loco juego mental. Por otro lado, el detective Jobs está haciendo todo lo posible...