Jobs
Luego de que Bárbara me comunicara que teníamos la ubicación de los sospechosos nos dirigimos hacia la comisaría. Necesitábamos órdenes desde arriba para hablar con cada uno de ellos, de otra forma si los sospechosos se negaban no podríamos forzarlos, necesitábamos ese maldito papel. Nos los podrían enviar también por mail, pero a veces era más rápido ir por ellos para ahorrarnos una horas.
Realmente detestaba todo el tema del papeleo y solía ser Barb la que se encargaba de solicitar órdenes entre otras cosas, a ella no le disgustaba tanto como a mi. En mi opinión todo debería de ser más simple, si tenías un sospechoso simplemente debías de ir a interrogar, no pasar quien sabe cuanto tiempo esperando una maldita orden.
Pasó un día para que nos entregaran la primera de ellas, si bien las habíamos enviado juntas nada nos aseguraba que su aprobación llegara en conjunto también.
¿El primer sospechoso? Bryce Matthew.
Matthew había sido marcado como agresor sexual y se encontraba en el registro por haber intentado atacar sexualmente a una de las niñas que, unos días después, fue secuestrada. Podría haber sido perfectamente un caso aislado, pero Matthew se encontraba en la zona durante los secuestros posteriores. Algo que, gracias a que estaba registrado en la base de datos como agresor sexual, pudimos comprobar rápidamente.
Cuando una persona se encontraba en la base de datos por tener un expediente manchado por cualquier motivo, hasta podía ser el verse involucrado en un accidente de tráfico, sin haber tenido la culpa, era muy fácil encontrarlo. De todas formas, era diferente si se trataba de agresores sexuales, era aún más fácil de encontrar, ya que se los trataba de mantener vigilados de alguna forma: el seguimiento de sus tarjetas. Los pocos que no las tenían eran vigilados por su trabajo, con llamadas semanales o mensuales con sus jefes, etc.
Algunos de ellos eran conscientes de este seguimiento, otros no.
Luego de pasar a buscar la orden por el juzgado, nos subimos al auto junto con Bárbara y nos dirigimos a la casa de esta persona. Ya era algo tarde. Habíamos pasado varias horas esperando la entrega de la orden. Estaba algo cansado, pero necesitaba tener la mente despierta.
El cansancio cada vez era peor y a eso se le sumaba numerosos dolores de cabeza, todo por el mismo motivo, pensar. Este caso era un jodido rompecabezas con la mayoría de las piezas faltantes e intentar armarlo me traía loco. Por más que durmiera algunas horas no era suficiente, solo soñaba con Max y con Nícolas...
Necesitaba dejar de pensar tanto al menos por algunos minutos, despejar mi mente, pero no podía permitírmelo. Era un gusto que en ese momento, con una vida en juego, no podía darme.
La casa del sospechoso no quedaba muy lejos, en unos minutos íbamos a estar allí. El auto estaba en completo silencio, la radio estaba apagada y ninguno de los dos iba a prenderla. Sabía cómo se sentía Bárbara en este momento, no era algo fácil para ella ir a ver a Matthew, su historia con gente así no había sido fácil.
Cuando nos detuvimos frente a la casa ella aún no reaccionaba, puse mi mano en su hombro para que me mirara.—¿Quieres quedarte en el auto? —pregunté
—No, soy tu compañera, Jobs. No te dejaría solo con esa asquerosa persona dentro—expresó con asco, casi que escupiendo aquello último.
—Barb, quédate —pocas veces la llamaba así, cuando realmente necesitaba que ella hiciera algo por mi y este era el momento.
—Esta bien, pero si no vuelves pronto iré allí a buscarte.
Al salir del auto tomé el archivo que había llevado para interrogar al sospechoso. Golpeé la puerta y casi al instante me abrió la puerta Matthew.
—¿Si?
—Soy el oficial Jobs —le mostré mi placa—. Necesito hacerle unas preguntas —le enseñé la orden.
Se mostró un poco indeciso, pero me dejó pasar.
Su casa era digna de ser admirada, estaba completamente limpia y organizada, casi al extremo. Él no pasaba de los 25 años, tenía 23 para ser exacto, y su apariencia lo demostraba.
Tenía esa fachada de chico bueno, del típico amigo que tienes, esos que son muy rebeldes, pero que logran convencer a tus padres de que en realidad son muy aplicados, algo exactamente así tenía frente a mis ojos.
Estas personas sí que engañaban.
La descripción del sospechoso que secuestró a nuestras víctimas era de alguien mayor, pero siempre cabía la posibilidad de que hubiera contratado a alguien para el trabajo o de que estuviera trabajando en conjunto con otra persona más.
—Miré, seré rápido. Tengo dos niños desaparecidos. No estoy para juegos —le mostré las fotos
—Disculpe, pero no entiendo que tengo que ver yo en todo esto —agregó mirándome extrañado.
— Sé sobre lo qué pasó con Kristin Reynolds —no se necesitó más que nombrarla para que el se tensara—. Tenemos pruebas que lo sitúan en la zona en los momentos de cada secuestro.
—Le seré sincero, no tengo nada que ver con ninguno de los secuestros. Lo qué pasó con Kristin fue algo diferente —si, eso lo tenía claro.
En su confesión Bryce Matthew había dicho que estaba enamorado de Kristin hacía ya muchos años, desde que ella tenía cinco, en el momento de la agresión tan solo tenía diez. Aseguraba que no se podía separar de ella, que no quería atacarla sexualmente solo llevarla con él para vivir juntos con su amor. Estaba realmente mal de la cabeza.
—Cuando ella desapareció luego del secuestro mi mundo se desvaneció, ya estaba mal cuando sus padres pidieron la orden de restricción y no pude verla más, pero cuando me enteré que alguien más la tenía, que algún maldito estaría haciendo algo y no podría verla, mi mundo termino de derrumbarse. Estuve en una jodida depresión por varios meses. Realmente no tengo nada que ver con ninguno de los secuestros —si bien se oía muy decidido era un criminal y no podía creer en sus palabras, en sus locas palabras.
—Estos días no tiene permitido salir de la ciudad, a su casa vendrán un psicólogo y un oficial. Ellos evaluarán qué tan cierto es lo que usted dice —dije.
—Esta bien, no tengo nada que ocultar —respondió levantando los hombros.
Sin más que hacer, salí de la casa. Al llegar al auto Bárbara habló.—Ya estaba por salir a buscarte.
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La Familia [En edición]
Mystery / ThrillerTerminada Luego de un viaje en la cajuela de una camioneta, llega a una casa de la que no hay salida. Emily tendra que escaparse de su nueva "familia" sin caer en su loco juego mental. Por otro lado, el detective Jobs está haciendo todo lo posible...