Secuestros

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Jobs

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Jobs

El oficial iba caminando frente a mí, abríamos cada puerta de ese establo para verificar que estuviera vacío, buscábamos a Nícolas y a su secuestrador. "Jobs, ven aquí, se escapa", fue el grito del oficial quien ahora corría tras ese hombre. Corrí también. Era un novato, ese era mi primer caso. "Danos al niño, es lo único que necesitamos". El secuestrador sostenía a Nícolas con un arma en su cabeza. "Danos al niño, ahora", gritó más fuerte el oficial. De pronto, sonaron dos disparos y.. .Jobs... Jobs...

     —Jobs despierta —la voz de Bárbara me había traído a la realidad— ¿De nuevo la misma pesadilla, no? Estabas hablando dormido, decías su nombre-

     —Ya no creo que sean pesadillas, son recuerdos Bárbara —ella no dijo nada— ¿Qué sucede? 

     Ya habían pasado dos días desde que comenzamos a buscar. Manteníamos una rutina algo agotadora. Íbamos a la oficina a cumplir con el horario laboral, para luego seguir trabajando en esa casa de campo. Desde el momento que tuvimos la idea de la búsqueda de diferentes secuestros en una zona determinada pusimos manos a la obra. Rodríguez, por su parte, al tener más años trabajando tenía también más contactos, por lo que desde casa se encargaba de reunir más información sobre lo que íbamos encontrando.

     Por la mañana, luego de pasar casi toda la noche despiertos, fuimos con Barb a la comisaría y, al terminar, pasamos por mi casa en busca de ropa. No sabía cuanto tiempo estaríamos trabajando de esta forma, por lo que no escatimé en la cantidad de ropa que tomé. Metí todo dentro de una mochila, junto con algunos objetos personales, y dejé una pequeña nota escrita sobre la mesada de la cocina para que la mujer que trabajaba en casa supiera que no debía de cocinar, pues no estaría allí. Prefería avisar de esa forma ya que si tenía que llamarla probablemente lo olvidaría. 

     Bárbara me había estado esperando en el auto, al subirme tiré mis cosas hacia el asiento trasero sin preocuparme, no había nada que se pudiera romper. El camino parecía haberse hecho más largo, ya que durante el trayecto no hice más que pensar. Ninguno de los dos soltó siquiera una palabra, el caos en nuestras mentes era demasiado. 

     Luego de llegar a la casa de Roríguez nos quedamos trabajando hasta la madrugada, habíamos perdido por completo la noción del tiempo. 

     Hasta el momento habíamos encontrado diferentes secuestros en la zona. Niñas y niños de la edad entre Max y Emily, secuestrados en un horario similar. Habíamos tenido varios resultados por lo que debíamos de seguir filtrando para tener algo más exacto. Leímos cada uno de los archivo para quedarnos con aquellos casos no resueltos en los cuales los sospechosos eran hombres. Llegando así a un resultado de 13 casos. 

     Todas eran niñas. 

     El caso más antiguo era del año 2012, una niña de 8 años, la misma edad de Max, en el mismo año 2 niñas más luego de ella. Le seguían dos más en el año siguiente, tres más en el posterior, 2 en el año 2015, luego por casi un año no hay más nada hasta el año 2017 donde secuestran a una niñas más, dos en el año 2018, y luego Max y Emily en este año.

     Decidimos armar entonces una especie de línea temporal ubicando los secuestros en los años correspondientes, para analizarlo más fácilmente. 

2012  Rebecca Sanders (8 años), Miranda Luis (8 años), Zury Cooper (8 años)

2013  Vivian James (9 años), Jenny Marx (9 años)

2014 Jenna Anderson (10 años), Emma Smith (10 años), Amy Miller (10 años)

2015 Kristin Reynolds (11 años), Adela Brown (11 años)

2016

2017 Aura Jones (13 años)

2018 Anne West (14 años), Lisa Connor (14 años)

     Lo que más llamaba la atención era que a medida que pasaban los años las niñas eran un año mayor, es decir, la primera niña tenía ocho años y Lisa Connor, la última antes de nuestros casos, tenía 14.

     Todos los casos eran similares, desaparecidas, sin dejar rastro, más que alguna que otra cosa que no llevaba a ningún lugar. Sin embargo, de los pocos sospechosos que habían, tres llamaron nuestra atención y a esos tres eran a los que íbamos a interrogar. 

     Volviendo a lo que les contaba sobre esa mañana en la que Bárbara me despertó...

     —Ya tenemos la ubicación de los sospechosos —dijo respondiendo mi pregunta y sacándome de mis pensamientos.

     —Bien, vamos.

La Familia [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora