La niña

230 49 29
                                    

 Había estado ya bastante pensando en eso, tenía frente a mi una oportunidad de salir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había estado ya bastante pensando en eso, tenía frente a mi una oportunidad de salir. Si bien no estaba segura de que había pasando esa puerta oculta, tampoco me podría quedar con la duda. Si allí estaba la posibilidad de nuestra libertad me arrepentiría de no haberla utilizado.

Lo primero que debía hacer era hablar con Max. Pasara lo que pasara me quería asegurar que ese pequeño no estuviera demasiado involucrado, pero si enterado, por si me llegaba a pasar algo.

Ese era el momento. Aproveché que ella ya nos había despertado y se encontraba fuera como de costumbre. Todo se estaba dando de perfecta forma para que yo hiciera lo que tenía que me había propuesto.

Me dirigí a su habitación y lo vi medio acostado en su cama simplemente mirando al techo.

—Pequeño —dije mientras cerraba la puerta.

Instantáneamente movió su cabeza para verme, estaba tan metido en sus pensamientos que no se había percatado de mi presencia. Me sonrió.

—Buenos días, Emily —me saludó.

—Buenos días, Max. ¿Te acuerdas de la puerta de la que te hablé? —asintió. Quería ir directo al tema, no quería perder ni un segundo— Investigaré qué hay dentro —su expresión cambió totalmente.

—No, por favor no vayas Emily. ¿Y si te descubren?¿Y si te llevan al parque junto con Lisa y no te veo más? Por favor, no vayas —dijo casi rogando.

Entendía su miedo, era el mismo que el mío. Parte de mi no quería hacerlo por ello, pero el miedo no podría controlarme durante toda mi vida.

—Tranquilo pequeño —acaricié su cabello—. No me pasará nada, solo quiero algo que nos ayude a escaparnos —le di un beso en la frente—. Me tengo que ir a investigar.

—Espera —me tomó de la mano—, si la puerta está debajo del empapelado, ¿qué le dirás cuando pregunté por qué está roto?

— No lo sé aún, sólo quiero buscar formas de irnos de aquí.

No tener todos los cabos atados me ponía nerviosa, si todo salía bien, dentro de las opciones malas si sucedía lo mejor, debería dar explicaciones que no tenía y eso me podría traer problemas.

—Cuídate, por favor. No quiero que te pase nada —lo abracé para calmarlo y le di otro beso en la frente.

—Me voy. Tranquilo. Cualquier cosa que pase, no intervengas, quédate aquí —dije algo seria.

Salí de la habitación de Max y me dirigí a la habitación cerca de la puerta, su habitación. Abrí la puerta y me adentré. Recordé las palabras de Anne plasmadas en aquella hoja de papel. Precisamente, tal como ella había dicho, allí estaban las llaves.

Saqué las llaves y unas tijeras que se encontraban en ese mismo cajón. Por un momento pasó por mi mente la idea de usarlas para deshacerme de ella, pero era más alta y más fuerte que yo, de ese enfrentamiento saldría perdiendo.


Me paré frente a la pared y agarrando de una extraña manera la tijera comencé a romper el empapelado. Al principio costó, demasiado. Aquello estaba bien puesto, pero una vez que logré hacer un gran agujero pude romper más fácil. No me interesaba retirar todo, solamente lo necesario para poder abrir la puerta.

Mi corazón iba demasiado rápido, el mismo miedo de cuando te copias en un examen y no quieres que te descubran, pero vamos, el examen no llegaba a la magnitud de esta situación. Sentía un ligero temblor en las piernas que no me permitía mantenerme derecha del todo, a eso se le sumaba la sensación extraña que sentía en mi estómago.

Juraba que el nivel de nervios y miedo que tenía podía perfectamente haberme matado de un infarto allí mismo.

Estaba sorprendida de mi misma por seguir con lo que me había propuesto, no me eché atrás en ningún momento.

Cuando logré retirar la mayor cantidad de aquel papel del borde de la puerta utilicé la tijera para sacar los restos del pestillo y de la cerradura.

Tiré de arriba a abajo, terminando de sacar así las partes que no habían sido bien arrancadas. Con la tijera saqué los restos del pestillo y la cerradura.

Abrí la puerta y me adentré.

La habitación estaba realmente oscura, busqué con mi manos un interruptor, cuando creí encontrarlo lo encendí y si, ese era.
Tosí un poco por el polvo que había allí dentro, la habitación había estado cerrada mucho tiempo.
Ese cuarto estaba perfectamente ordenado. Era de color blanco con una de las paredes rosa y en las otras flores que las decoraban. Algunos muebles, juguetes y libros.
Había una ventana, pero esta no tenía barrotes. Lo sabía, esto podía ayudarnos a salir.
Me asomé a ella y me terminé de convencer, se podía abrir y era lo suficientemente grande como para saltar. Estaba decidida de salir a buscar a Max para intentar saltar por allí, cuando me percaté de algo y Dios, desearía nunca haberlo hecho.

Sobre la cama había varios muñecos y entre ellos una en particular que resaltaba entre otros. Era de tamaño real, muy grande, un poco más chica que yo. Tenía cabello rubio y ojos oscuros, era muy real y tenía cierto parecido a mi. Me acerqué a ella. La tomé en brazos, pesaba bastante. Cuando miré a un lado, en la pequeña mesa al lado de la cama fue cuando todo se volvió horrendo, allí yacía una foto, una foto familiar en la cual estaban mi secuestrador, la carcelera y... no... no era posible... la niña.

Grité y solté a lo que tenía en manos. Aquella "muñeca" que tenía en brazos no era nada más ni nada menos que la hija de estos dos dementes, embalsamada.

No podía parar de gritar y llorar, estaba en shock. En ningún momento la sentí llegar, pero ella lo hizo, me había encontrado.




Hola ✨Siento que este es uno de los capítulos más importantes del libro, ¿qué les pareció a ustedes?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hola ✨
Siento que este es uno de los capítulos más importantes del libro, ¿qué les pareció a ustedes?

La Familia [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora