Familia unida

443 92 26
                                    

Emily

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Emily

     Sentí unos golpes en la puerta que rompió con el trance en el que me encontraba. La señora asomó la cabeza por la puerta y luego habló.

     — ¿Ya estas pronta cariño? —su cara cambió muy rápidamente al ver lo que llevaba puesto y la ropa que ella había dejado sobre la cama— Por favor Sara, te dije que te pusieras el atuendo que te preparé sobre la cama —me limité a mirarla sin emitir ningún sonido ni hacer alguna expresión facial—. En cinco minutos te quiero abajo con la ropa que te dejé, sácate eso que tienes puesto —expresó mirando con algo de repulsión mi atuendo.

     Luego de eso salió y me dejo sola nuevamente en ese cuarto rosa que se me hacía hasta tierno. Pero ¿qué estaba pensando?, ese cuarto que se me hacía tierno no era una habitación común y corriente, era una cárcel, una cárcel de la que no podía salir y no sabía cuánto tiempo iba a estar allí.

     No tuve mejor idea que ponerme lo que me había dejado la carcelaria sobre la cama, hasta que se me ocurriera que hacer iba a seguir las ordenes que me dieran, lo importante era sobrevivir. 

     Quería llorar, sentía mucha impotencia por no poder haber hecho nada en el momento en el que me secuestró. 

     Me encontraba caminando a casa desde el instituto, no solía usar ese camino en particular porque no era tan transitado y mis padres me decían que no lo hiciera ya que tenían miedo de que algo pudiera pasarme, pero ese día alguien me llamó a la salida, él. Estaba interesada en ese chico desde hacía ya mucho tiempo y él en mí al parecer porque decidió dar el primer paso e invitarme a salir. La charla se extendió y partí de allí varios minutos tarde, no quería que me rezongaran por atrasarme, claro que ese rezongo nunca llegó y yo a casa tampoco.

     Iba por la mitad del camino cuando me agarró. La camioneta paró delante de mi bruscamente y no reaccioné. Me encontraba totalmente impactada, lo primero que pensé fue que había perdido el control y casi me atropelló, pero no. El hombre se bajó mirándome preocupado, su expresión cambió rápidamente al llegar a mi lado. Me tomó por el aire con un solo brazo y con el otro abrió la puerta de la cajuela para meterme dentro.

     Volví a la realidad para darme cuenta de que la ropa me quedaba bien, el talle era el correcto tanto del vestido como de los zapatos, ellos sabían más de mí de lo que yo creía. Abrí silenciosamente la puerta de madera y pude ver que frente a mi puerta se encontraba otra, no había prestado demasiada atención a esta parte de la casa. Habían tres puertas en el pasillo, una frente a la habitación donde yo me encontraba, la otra en la pared del frente también, pero más alejada y una al lado de mi donde yo me encontraba.

     Bajé las escaleras lenta y silenciosamente para dar con la sala estar, vi tres puertas una era por la cual había salido la mujer en el momento que llegué, por lo que se veía, ya que estaba algo abierta, la segunda era un baño y la otra debía ser el comedor, me paré frente al mismo aun no decidida por completo a entrar. 

     Debía recordar que solo hacía lo que me decían para poder tener más tiempo para pensar que hacer, yo no pertenecía ahí. Sobrevivir, eso quería lograr. Me armé de valor y entré, aunque acompañada de muchos nervios que hacían que mis piernas temblaran sin parar.

     Al pasar la puerta me encontré una mesa rectangular que tenía lugar para seis comensales, pero solo había cuatro sillas, una de cada lado de la mesa. La misma estaba pronta u arreglada para la hora de la cena. En el extremo se encontraba sentado el secuestrador, la persona que me había traído en esa horrible cajuela. Ahora llevaba puesto una camisa celeste y pantalones de vestir negros, estaba arreglado y lucía como recién llegado del trabajo, a diferencia del momento en el que me capturó que usaba un traje negro. En unos de los laterales de la mesa había un niño, el cual no me veía ya que estaba de espalda a mí. La mujer entró por la puerta que conectaba al comedor con la cocina para dejar una fuente con comida sobre la mesa.

     — Siéntate cariño —me dijo señalando la silla frente al niño de espaldas a mí.

     Me senté frente a él, estaba mirando hacia abajo metido por completo en sus pensamientos. Cuando le pidieron su plato para servirle comida pude observar su rostro, era un niño pequeño, su cara no expresaba la felicidad de un niño, era todo lo contrario. El pequeño estaba con los ojos rojos como si hubiera llorado recientemente y las ojeras eran muy notables, ese pequeño tampoco debía estar ahí por cuenta propia.

—Es lindo ver a la familia unida —expresó la carcelaria haciendo que al secuestrador se le asomara una pequeña sonrisa...





 —Es lindo ver a la familia unida —expresó la carcelaria haciendo que al secuestrador se le asomara una pequeña sonrisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Familia unida"
¿A alguien más le dió escalofríos esas dos palabras?
En fin, espero les esté gustando ❤️

La Familia [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora