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Entre sollozos, y mentiras que habían sido muy bien elaboradas, Catherine y su madre se habían encargado de llenar la cabeza de ideas erróneas a Laura

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Entre sollozos, y mentiras que habían sido muy bien elaboradas, Catherine y su madre se habían encargado de llenar la cabeza de ideas erróneas a Laura. Su historia contaba el sufrimiento de una mujer que desde que llegó a esa casa no había tenido apoyo de nadie, su madre a pesar de ser la esposa del adre de Helena, nunca logro tener su respeto, a pesar de todo lo que intento, porque realmente busco la forma de acercarse a su nueva familia, la historia era igual o peor en relación a Catherine, ella que había crecido en un humilde hogar, tuvo que enfrentarse a las humillaciones de Helena, que con su sonrisa y actitud de niña buena, podía ganarse a cualquiera, pero todo era una mentira, ella era el mismo demonio.

Laura se encontraba muy saturada de información, muy confundida desde que llego a la casa, se notaba en su rostro, y Catherine no podía estar mejor, sus planes empezaban a marchar muy bien, siguió con línea de mentiras, entretejiendo pequeñas verdades entre ellas, jugando con la mente de Laura, haciendo que la viera como una indefensa víctima, tan vulnerable y miserable, que quien no sintiera pena y se compadeciera por ella debía tener un corazón de piedra.

-Tranquila, todo estará bien mi niña- decía su madre mientras acariciaba suavemente su espalda, tratando de "tranquilizarla", la señora dejo a su hija en manos de Laura ya que tenía que retirarse.

-Laura, realmente nunca le he dado motivos, pero siempre ha sido así.

Ahí fue donde empezó la nueva historia en la cual Catherine contaba las hazañas de su "hermana", de cómo le gustaba jugar con las personas, de que siempre había sido alguien que se aprovechaba de las buenas personas, en su monologo de falsedades conto como había metido a su casa a un sin número de personas, que era una promiscua.

-Me alegro que no hagas caído en sus mentiras, ella puede cegarte con esa sonrisa, pero cuando dejas de interesarle se pone toda dramática y te deja sin más, ahora tiene a ese hombre en su cuarto, debe ser su nueva conquista.

Laura no se inmutaba, su expresión era vacía, nadie podría saber que pasaba por su mente.

-Sabes, lo mejor será que me vaya- dijo suavemente.

-No, por favor, quédate conmigo, no me gusta estar sola- sus ojos se llenaron de lágrimas que amenazaban con brotar en cualquier momento.

-Nunca pensé que Helen a fuera hace - susurro, más parecía que era algo para sí misma, pero Katherine la oyó.

-No debes sentirte mal, ella es muy buena con las mentiras, tan solo no te deprimas por ella, sé que las cosas no terminaron muy bien con mi jefa, pero odio verte triste.

Laura solo asintió y decidió quedarse con ella, tenía demasiado en que pensar, y no sabía si quería o no volver a hablar con ella, ¿Quién realmente decía la verdad?

-¿Acaso estas sordo? ¿Qué haces aquí? - dijo algo enojado, Santiago no dejaría que nadie le haga daño a su hermana, vio todo el teatro montado por madre e hija, tan solo esperaba que después de lo que había hecho las cosas fueran más fáciles para ...

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-¿Acaso estas sordo? ¿Qué haces aquí? - dijo algo enojado, Santiago no dejaría que nadie le haga daño a su hermana, vio todo el teatro montado por madre e hija, tan solo esperaba que después de lo que había hecho las cosas fueran más fáciles para Helena.

Con el ceño fruncido esperaba una respuesta, su hermana no llevaba a extraños a su casa, mucho menos traería a alguien a su habitación, asique este tendría que ser algún amigo o aliado de Catherine.

-Shhh- escuchó - Tengo que descansar.

-Fuera - repetía mientras tiraba de las cobijas, tan fuerte que fue capaz de hacer que Alex cayera al suelo, un solo golpe se oyó en el momento que el hombre choco contra el suelo, a Santiago casi se le escapa una carcajada, hasta que se dio cuenta de que es hombre estaba herido.

El quejido del hombre borro rápidamente su sonrisa - Lo siento, no sabía que...

-No es necesario - se levantó lo más rápido que su cuerpo magullado se lo permitió.

-¿Quién eres? - volvió a oír.

-Un amigo de tu hermana, tranquilo, ella me ayudo después de un accidente que tuve.

Santiago asintió algo dudoso, quería llamar a Helena, pero después de todo lo que había pasado, lo mejor era que su hermana se calmara para hablar con ella.

El joven vio las bolsas en el suelo, justo cerca de la entrada de la habitación, las recogió dándose cuenta de que había comida dentro de ellas, lo suficiente para más de dos personas, vio la hora en su móvil, había un mensaje de su hermana, le preguntaba si llegaría pronto a casa para almorzar juntos.

Si el "extraño accidentado" era amigo de su hermana, le quitaría una carga de encima ayudando a cuidarlo, el bondadoso corazón de su hermana era admirable, a pesar de todo lo les había pasado - ¿Tienes hambre? - preguntó.

El hombre asintió, Santiago ya menos hostil sonrió y llevo las cosas a la cocina - Calentare esto -fue lo que dijo antes de cerrar la puerta a su espalda.

Alex sonrió, ahora reformulaba sus ideas, Helena se parecía a su hermano, ambos tenían esa sonrisa cálida y una actitud demaciado ingenua.

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Lo siento, esque no me centro, pero tratare de respetar el horario que puse.
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Dolor de Cabeza (LP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora