Todos se van

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POV ALBA

Pasado un mes Oli se encontraba mucho mejor, pasó unos días duros justo después de la operación porque le dolía la herida, pero poco a poco fue mejorando. Natalia ya estaba instalada por completo en casa y había dejado su antiguo piso para venirse a vivir con nosotras. Aún me alucinaba que estuviera aquí. Cuidaba de Olivia de una manera que me enternecía el alma, con tanto cariño y tanto empeño que no podía evitar que se me saltaran algunas lágrimas al verla. Había sido un mes duro para mi, pero tener a Natalia conmigo era una suerte, la más grande del mundo.

- Buenos días - dijo Natalia apareciendo por la cocina con Oli en brazos.
- ¿Cómo está mi bebé? - dije cogiéndola y dándole un beso a Natalia.
- Mami, no soy bebé... - dijo frunciendo el ceño.
- Siempre vas a ser mi bebé - dije sentándola en la silla.
- Toma cómete los cereales Oli - dijo Natalia dejándole el plato delante.
- No quero Nalia...
- Pero Oli, hoy vuelves al cole, tienes que comer para tener fuerzas - agachó la cabeza triste.
- ¿No quieres volver al cole? - pregunté.
- El cole gusta, pero mas estar en casa con vosotas mami...

Natalia me miró con gesto enternecido y yo lo imité. Este mes yo había estado en casa y Natalia casi todos los días trabajaba desde aquí, así que Oli se había acostumbrado.

- Pero Oli, ¿qué te parece si después del cole vamos a recogerte y vamos al parque a jugar? - le dijo Natalia.
- ¿Las tes? - preguntó emocionada.
- Si claro, las tres peque.
- ¡Bieeen! - dijo antes de empezar a comerse sus cereales.

Me llevé a Oli para vestirla y la senté en su camita empezando a quitarle el pijama.

- Mami - me dijo mientras la vestía.
- Dime Oli.
- ¿Nalia se va a quedar? ¿Sempe? ¿Con nosotras? - levanté la mirada y vi sus ojitos curiosos mirándome.
- ¿Tú quieres que me quede? - dijo Natalia desde la puerta. Yo me giré y la sonreí.
- Yo si quero - dijo cuando Natalia se sentó a su lado - te quero mucho Nalia.

Vi los ojos de Natalia nublarse, justo como hicieron los míos, y antes de que pudiera decir nada Olivia se abrazó a Natalia, haciendo que las lágrimas de Natalia rodaran por sus mejillas. Oli se separó de ella y la miró.

- ¿Son de fecilidad? - preguntó Olivia.
- Si pequeñaja, son lágrimas de felicidad.

Dejé que Natalia terminara de vestirla. No podía creerlo, pero por fin tenía una familia. Una que esperaba que siempre fuera tan feliz como ahora mismo... al rato Natalia salió con Olivia ya vestida y las tres nos fuimos dando un paseo hasta el cole, entramos con ella hasta su clase y la verdad es que en cuanto vio a todos sus amigos se soltó de nuestra mano y se fue corriendo con ellos, menos mal... se despidió con la mano de nosotras y cada una nos fuimos a trabajar. Me sentaba bien volver, este tiempo había sido muy duro y volver a tener una rutina nos vendría bien a todas. Además me encantaba mi trabajo, adoraba el arte y estar todo el día rodeada de obras me hacía feliz. Durante todo el día estuve nerviosa esperando una llamada del cole diciéndome que Oli se había hecho daño, o que lloraba, o lo que fuera, pero no, cuando por fin eran las 5 menos 5 salí de la galería y ahí me esperaba Natalia.

- Hola guapa - me dijo dándome un beso.
- Hola Nat - empezamos a andar hacia el cole - ¿qué tal el día?
- Bien, la verdad, aunque tengo que irme a un viaje - puso un puchero.
- Bueno es trabajo, ¡además si te encanta!
- Ya, pero me gusta más estar con vosotras...
- Mentirosa... - dije en broma.
- ¡Oye! - nos reímos.
- ¿Y cuándo te vas?
- Pues el viernes por la tarde me voy, y vuelvo el jueves siguiente... es casi una semana - eso si que se lo iba a tomar mal Oli, y yo la iba a echar mucho de menos, pero es su trabajo.
- Bueno Nat no pasa nada, sobreviviremos sin ti - le di un beso en la mejilla.

Todo o nada // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora