Capítulo 2: Una regla más

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Día uno 

Desperté por unas pequeñas caricias en mi hombro y abrí los ojos lentamente.

Brinque en mi sitio y me espabilé de inmediato.

-¡EMILIO! -grite y golpeé el hombro de mi amigo, él sonrió de lado y me tendió un girasol. 

-Buenos días Joaco... -murmuró. 

-Buenos días -tome indeciso el girasol y lo lleve a mi nariz.- ¿A qué se debe? -pregunté.

-No lo sé, sólo me dieron ganas de darte una flor -se encogió de hombros y me hizo señas para que me apartara y él se pudiera acostar.

Levante las sábanas y Emilio se quitó los zapatos antes de entrar, se recostó mirando el techo con sus manos tras su cabeza.

-¿Has despertado a Elaine o ella ya no estaba cuando llegaste? - le pregunté ya que anoche me dormí antes de que volviera.

-Me conseguí con ella está mañana en el departamento - dijo divertido. Fruncí el ceño al no comprender y luego abrí mi boca debido a la sorpresa.

-¡No me digas que lo hizo! -exclamé.

-Oh si, si que lo hizo - verificó Emilio. 

-No puedo creer que Elaine se acostara con Niko- dije aún con la boca abierta.

-Joaquín, nene - dijo acostándose de lado para verme mejor y yo lo imite- Las personas duermen con otras constantemente, supongo que es normal -se encogió de hombros.

-Lo sé, es sólo que...No quiero que Elaine se sienta mal por ser otro más de los juegos de Niko -le dije.

-No creo que Elaine sea un juego para Niko, a él realmente le gusta, tendrías que ver como la veía por la mañana, Jesús, quería golpearlo sólo para que quitará la cara de idiota -dijo riendo. 

-El amor es hermoso Emilio- le murmuré.

-Lo sé Joaco, lo sé -susurró el mirándome a los ojos.

Minutos de silencio inundaron el dormitorio.

-Vístete Joaquín, iremos a desayunar- me invitó o más bien me informó Emilio, típico de él.

-Que sutil -hablé con ironía. 

-Cierto - dijo y él mismo se golpeó la cabeza cosa que me hizo reír- Joaco, ¿quisieras ir a desayunar conmigo, por favor? - Preguntó lo más dulce que pudo. Mis defensas se fueron a la mierda, literalmente.

- Sip- dije, bese rápidamente su mejilla y me puse de pie- ¿puedo tomar una ducha rápida? - le pregunté-.

-Por supuesto que sí- dijo acomodándose en mi cama.

Tomé una toalla, unos jeans, un suéter color amarillo viejo y mis boxers. 

Me adentre al baño que compartía en mi habitación con Elaine y comencé a ducharme.

Una vez limpio me metí en los entubados jeans y rápidamente me puse el suéter, aplique perfume por todo mi cuerpo y una crema que me ayudaba con algunos granitos que salían en mi rostro. 

Salí del baño, y me puse mis típicos converse mientras acomodaba mis ya largos chinos. Tomé mi móvil y lo introduje en la bolsa trasera de mi pantalón. 

-Listo -dije, Emilio levantó la vista de su teléfono y se enfocó en mi.

-Estas hermoso Joaquín - dijo él. Le agradecí con una sonrisa, lo vi ponerse de pie y caminamos a la puerta de la habitación, del perchero saque mi chaqueta de invierno y salimos.

Treinta. |EMILIACO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora