Capítulo 11: Regresó a casa

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Día nueve.

-Joaco, precioso, despierta- el aliento caliente de Emilio me hace estremecer.

-Hmmm- me gire encarandolo aún con los ojos cerrados.

-Mi niño, Claire está aquí para sacarte la sangre, van a hacerte unos exámenes para comprobar si puedes irte- Emilio besó mi mejilla pero no abrí los ojos, estire el brazo y deje que la enfermera hiciera su trabajo.

-Gracias Claire- le escuche decir a Emilio y luego la puerta se cerró.

La cama se hundió a mi lado y sus brazos cubrieron todo mi estómago acercándome hacia él.

-Joaquín- besó las parte trasera de mi oreja y yo me gire.

-Mande- murmuré en un bostezo.

-¿Cómo te sientes?- me preguntó acariciando mi mejilla.

-Bien, ¿y tu?- yo sonreí y él soltó una risa.

-Bien, bonito- Me besó en la frente y yo cerré los ojos. -Debes llamar a Italia,  Joaco.

-Lo sé- suspire y alcance mi teléfono que estaba en la mesita de noche.

Un, dos, tres toques y la dulce voz de mi madre atendió.

-¿Bebé?

-Hola mamá.

-Oh, mi pedacito de cielo ¿Cómo estas?, ¿Cómo te sientes?, ¿Puedes caminar?, ¿Puedes pensar claramente?

-Mamá calmate, estoy muy bien, puedo hacer todo lo que hacía antes- la sentí suspirar y aunque no la viera se que estaba sonriendo.

-Joaco, te extraño tanto, deberías volver, la gente del Reino Unido es muy mala y tu eres un hermoso chico.

-No voy a volver hasta terminar la Universidad, iré en vacaciones de verano, lo prometo, pero estoy bien, no me acercaré a sujetos desconocidos y todo bien-. trate de sonar lo más convincente posible.

-Bueno, sabes que te amo, y también sabes que tu habitación sigue como la dejaste para cuando puedas volver-. Ella habló con un leve temblor en su voz indicandome que lloraria.

-Lo sé mamá, y también te amo, muchísimo.

-Cuidate y dale las gracias a ese amigo tuyo, Emilio.

-Esta bien, mami.

Colgué la llamada y me gire a ver a Emilio.

-Ella te agradece por ayudarme como lo has hecho-. yo besé su mejilla justo en el lugar donde se forma uno de sus hoyuelos.

-Eres importante para mi, tu madre no debe agradecer- Emi me acurrucó contra él y murmuró algo que no pude entender.

Cerré mis ojos con la esperanza de que Emmanuel atravesará esa puerta y me diera permiso para irme de aquí.

***

-Hogar dulce hogar- Emilio abrió la puerta de mi dormitorio revelando la habitación completa llena de globos de helio.

En mi cama habían nueve rosas y un oso de peluche que abarcaba la mitad de la misma.

Me gire para verlo y él se encogió de hombros.

-Eres lindo-. bese su mejilla y él me sostuvo por la cintura.

-Los chicos me ayudaron también- me guío a la cama, me recosté sobre la barriga del oso y lo abracé.

-¿Dónde están los demás?- pregunté.

-Están buscando unas pizzas y algo de helado- Emilio se acostó a mi lado y paso su brazo por mi cintura. -Eres muy hermoso Joaco.

Treinta. |EMILIACO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora