Capítulo 15: Muebles

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Dia trece.

-Te he dicho que no puedo-. le dije a Emilio a través del teléfono.

-¿No puedes ir de compras otro día?

-No, la cita con mi diseñadora es hoy.

-¿Y qué se supone que haga yo mientras tanto?-. se quejó.

-No sé, lo que hacías antes de que pasáramos todo el maldito día juntos-. Termine de aplicar crema en mi rostro y tomé las llaves de mi auto.

-Joaco, quiero verte.

-Ya te dije que iré a actualizar mi closet porque necesito ropa nueva, podemos vernos más tarde-. Encendí el auto y mire por el retrovisor. -Te llamaré después, voy a conducir.

-Bien-. accedió y colgó la llamada, genial él estaba molesto.

**

-¡Oh Jesús, está caliente!-. una chica gritó o en realidad parecía un gemido.

Me gire como muchas de las personas que allí estábamos y vi un Emilio con el ceño fruncido mirando a todos lados.

Cuando sus ojos se encontraron con los míos una enorme sonrisa surco sus labios.

Traía un ramo de rosas en la mano y se acercó vacilante hacia mi.

Todas las chicas, chicos, mujeres e incluso las ancianas miraban de arriba a abajo a Emilio.

-Hola, Bonito-. él se sentó a mi lado y besó mi frente.

-Hola Emi-. le sonreí abiertamente. -¿No podías esperar para verme?

-Nop, estoy realmente jodido-. él me tendió las flores pero no podía recibirlas porque estaba lleno de catálogos.

-¿Podrías darmelas más tarde?, ahora lo tengo algo difícil-. apunte con mi cabeza todas las hojas esparcidas por todos lados.

-Oh, si está bien-. él puso las flores sobre su regazo, lo observé un momento y sonreí tímidamente, él era tan guapo.

Puse mi rostro en el hueco entre su cuello y su hombro para descansar mi rostro y dejarme llevar por su increíble y seductor aroma.

-¿Bonito?

-¿Hummm?

-¿Quieres hacer algo después?

-Ajá.

-¿Recorrer tiendas?

-Ajá.

-¿Luego ir por un helado?

-Ajá.

-¿Quieres tener una sesión de sexo salvaje conmigo está noche?

-Ajá...Espera ¿Qué?-. saqué mi cabeza de su cuello y lo miré mal, él me sonrió con inocencia y al no poder utilizar mis manos le di un cabezazo.

-Joder-. se quejó mientras se rascaba la cabeza y yo puse toda mi atención en las chicos que modelaban varios oufits para escoger.

-Hola...Disculpa pero necesito tu ayuda un segundo-. gire mi cabeza en el momento en que escuche una voz masculina.

-¿Mi ayuda?-. Emilio se señaló y el chico asintió.

-Verás, la calefacción se acaba de trabar, y pues viendo tu altura y tu fuerza, me preguntaba si tal vez podrías ayudarme-. el chico, que por cierto tenía extensiones color amarillo mientras lo miraba coqueto, sacó un chicle de sus labios y lo enrolló en su asquerosa y fea uña color rosa.

-Oh, bueno, por supuesto-. Emilio dejó las flores en donde estaba sentado y camino tras el chico.

¡Oh claro!.

Treinta. |EMILIACO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora