Capítulo 9: Te amo

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Día siete.

-¡Hey ustedes!- Diego gritó hacia nosotros, Emilio estaba acariciando mis mejillas con una de las siete rosas que me dio hoy, cuando Diego nos llamó, el bajo la rosa y me la dio por debajo de la mesa para reunirla con las otras seis.

Estábamos todos en la mesa del almuerzo.

-¿Que?- Emilio gruño.

-Estábamos hablando sobre planes para está noche, es viernes- Eduardo rodó los ojos como si de algo lógico se tratara.

-Vayamos a un bar dije rápidamente y todos me miraron.

-¿Quieres ir a un bar?- Azul preguntó comiendo una patata.

- Si, jamás he ido a uno- me encogí de hombros.

-¿Nunca?- Niko preguntó asombrado.

-Nunca, entre a la universidad con 17 años, cumplí los 18 este año y aún no he tenido la oportunidad de ir a uno-los mire a todos.

Elaine y Azul tienen 19 años, Niko, Diego y Emilio tienen 20 y Eduardo cumplirá los 22 dentro de pocos días.

-Bueno entonces iremos a un bar hoy- Emi sonrió y besó mi cabeza.

***

- ¡Dios mío Joaquín estas hermoso!- Elaine chilló cuando me puse un Crop top.

El Crop top era negro con lentejuelas del mismo color, un pantalón blanco y mis botas negras favoritas.

Elaine me colocó mi crema para mis chinos y los despeino un poco mientras yo me colocaba perfume e hidratante para labios.

-Bueno tú también estas hermosa-comenté y ella modelo por toda la habitación.

La bocina de la camioneta de Emilio nos hizo tomar las chaquetas y caminar a la puerta.

Elaine corrió hacia la camioneta mientras yo le puse cerrojo a la puerta. Camine vacilante mientras contestaba algunos mensajes, la ventanilla del conductor se abrió y Emilio me guiño el ojo.

-Vas de copiloto Joaco- me aviso.

Subí por la puerta de enfrente y salude a todos los chicos.

-Joaco, el único de todos nosotros que puede beber legalmente es Eduardo, si quieres algo se lo pides a el- Emilio me explicó.

-Ni se te ocurra aceptar bebida ajenas- Niko agregó.

-Esta bien, papás- rodé los ojos y mire por la ventana.

"Seven"

Se leía en letras moradas de neón.

Bajamos todos juntos y nos pusimos en fila para entrar.

Un chico enorme me miró de arriba a abajo haciéndome estremecer.

Las manos de Emilio tomaron mi cintura y me apegaron a su cuerpo.

-Identificación muñeco- hablo aquel enorme hombre.

-Soy mayor de edad- le respondí indignado.

-Lo sé, tienes un cuerpo precioso-. se lamió los labios y Emilio gruño.

-Freddy, es mi chico- le comentó con rudeza.

-Esta bien Marcos-. Le guiño un ojo y volvió a mi- Debo ver tu identificación, vielo -rodé los ojos y le mostré la maldita identificación.

El sonrió y quitó la cinta permitiendome pasar.

Los siete entramos al bar y mi boca cayó al suelo.

Treinta. |EMILIACO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora