Capítulo 28

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Adri: ¡Max! – exclamé para romper el incómodo silencio que se había instalado en ese cuarto de hospital _ ¿Qué haces aquí?

Max: Regina me llamó. Dijo que – se calló de pronto, como si estuviera haciendo algo malo. Conocía a mi hermano y en su rostro podía ver arrepentimiento, pero ¿de qué? – No importa. Veo que está todo en orden

Adri: ¿Por qué no habría de estarlo? – indagué. Su repentina presencia me tenía ansiosa, pero no más que a Andrea que no dejaba de moverse-

Max: He dicho que no importa. Pero que bueno que te veo. Necesito hablar contigo – me miró amenazadoramente y en ese instante supe porqué

Adri: Escucha, si es por cómo te llamé hace unas horas, lo siento - -

Max: No, no se trata de eso – me cortó serio – Pero gracias por recordármelo

Andy: Max, ¿podemos hablar? – se pronunció Andy, sorprendiéndome

Max: Después, Andrea – respondió sólo para no ignorarla, y se volvió a mi

Andy: Es muy importante – insistió. Se lo diría, pude ver que estaba decidida

Adri: Max, creo que deberías hablar con ella. A mí sabes dónde encontrarme - -

Max: Tú me esperas afuera – me apuntó con el dedo. Estaba muy molesto

Asentí a regañadientes y salí del cuarto, rogándole a Dios que todo saliera bien

Narra Max…

Después de que Adriana salió sin más y no volvió, me quede pensando en la posibilidad de que en verdad hubiera malinterpretado las palabras de regina. De ser así, la única otra explicación que encontraba se resumía, en una palabra: Guillermo. Y si él era el culpable, en primera, sería un verdadero estúpido por haber dudado de Andrea. No podría volver a verla a la cara tras haberla dejado sola en un momento tan difícil. Y la sola idea me aterraba. Y la segunda, lo refundiría en la cárcel por toda su maldita vida para asegurarme de que no le volviera a hacer daño. No estaba dispuesto a permitirlo. Andy es demasiado importante para mí. Mi móvil me sacó de mis pensamientos

Max: ¿Diga? – respondí al atender sin ver de quien se trataba-

R: Max, soy Regina – su voz me alertó de inmediato – Creo que necesitas venir

Max: ¿Por qué? ¿Le ha pasado algo a Andrea? – me ponía ansioso la posibilidad

Regina: Creo que necesitas venir – repitió, pero esta vez me calmó

Max: Voy para allá – y colgué. De inmediato me puse de pie e hice algo que no había hecho antes. Analizar sus palabras. Al principio, pensé que me decía que tenia que ir al hospital. Eso me alertó. Pero entonces, recordé una palabra muy importante: Creo. Ella creía que tenía que ir al hospital. Entonces la salud física de Andrea no era el problema. De ser así, ¿Cuál era? Antes de que me diera cuenta, ya estaba estacionando el coche en el estacionamiento del hospital. Caminé directo a la habitación de Andrea. Antes de entrar sin aviso, alcancé a escuchar a Andrea diciendo que era débil cuando se trataba de alguien y a Adriana afirmándolo. Tras entrar y ver que Andrea estaba bien, intercambié unas palabras con mi hermana antes de que ella se pronunciara. Quería hablar. Pero yo no estaba listo para hablar. Cuando Adriana insistió, me di cuenta de que era serio. Por eso Regina me había llamado. Entonces le ordené a Adriana que me esperara afuera. Tomé valor y rompí el hielo que se había formado entre Andrea y yo tras la salida de Adriana.

Max: ¿Qué pasa, Andrea? ¿Qué quieres hablar? – dije sorprendiéndome por mi tono tan frío

Andy: Max… hay algo que no te dije… que debería haberte dicho… así que llegaste del viaje – estaba haciendo muchas pausas y tartamudeando un poco. Estaba nerviosa y… preocupada. Lo podía ver. Entonces me acerqué a ella y le tomé la mano, lo que la hizo callarse

Max: Sabes que lo que sea que es, me lo puedes decir – me miró con ternura, pero miedo a la vez. Entonces mi mente empezó a atar cabos. Pero como la última vez me había equivocado, decidí pararla – Así que anda, sin rodeos que sé perfectamente bien que no son lo tuyo – le sonreí para calmarla

Andy: Pero necesito que me prometas… no, que me jures que no vas a hacer nada

Max: Andrea, no puedo prometerte eso – respondí con mi mente al cien

Andy: Sí que puedes, Max. Por favor, júramelo – su mirada ahora demostraba un desespero en forma de brillo. Brillo que había tenido desde que volví del viaje. ¿Cómo no me di cuenta? Mi mente estaba al cien – Max, por favor – suplicó

Max: Andrea – insistí y ella agachó la cabeza. mi mente al cien – Esta bien, te lo juro

Andy: Max, yo no tengo novio – dijo alzando la mirada – Jamás te escondería algo así, tienes que creerme – me suplicó desesperada

Max: Y te creo, Andy. Pero si no tienes novio, ¿Quién te mando para acá, con daños severos en tu útero? – indagué con mi mente al cien. Ella agachó la cabeza antes de susurrar, casi inaudible: Guillermo

 
¿A que no se lo esperaban? Pues ha llegado la hora de la verdad. Andy ya ha dicho lo que en realidad sucedió, ahora que se pone bueno. Cuéntenme, ¿qué creen que pasará? ¿Cómo creen que reaccionará Max tras descubrir la verdad? Porfis comenten, y nos leemos pronto 💜💜

Cuando No Es Como Debería Ser...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora