Hoy
Es
ViernesY el cuerpo?
El cuerpo lo sabe
Jajajaja lo siento es que hay un vídeo de una niña pequeñita que se pone a bailar cuando la maestra le dice que es viernes jajaja lo siento. Bueno, aquí el cap. Disfruten!!!
No quería que me afectaran sus palabras. No
debían afectarme. A final de cuentas, Max y yo sólo éramos amigos, ¿no? Pero por alguna razón, me afectaron sus palabras. Imaginar a Max del brazo de otra mujer en la boda de mi hermano, de la que no podría huír solo para no ver esa escena que de pronto me parecía desagradable, me ocasionaba un amargo sabor de boca y una molestia en el estómago. No debía afectarme, pero aun así me había afectado. Y no pude controlar mi boca. Y lo había dicho.Andy: ¡Por supuesto que no lo voy a permitir! Dile a Nico que no tiene de que preocuparse, que seré dama en su boda – Y me arrepentí al instante. Dejé ver mis celos. Celos que llevaba tiempo ocultando. Celos que no debía sentir, pero estaban allí, más fuertes que nunca. Y no pasaron desapercibidos para mi padre, quien sonrió triunfante al escuchar mi respuesta. Aunque decidió pasarlo por alto
Eduardo: ¡Sabía que aceptarías! – exclamó demasiado alegre para mi gusto – Vamos, hija, verás que te lo vas a pasar genial. Además, es la boda de tu único hermano y sabes lo importante que eres para él
Andy: Y él es muy importante para mí, también. Pero es evidente que a Lydia no le agrada mucho la idea, y es su boda. Y a mí me gustaría que ella disfrutara ese día tan especial en la vida de una mujer al máximo. Y sé que mi presencia como dama sólo le arruinaría la noche – sonreí con tristeza
Eduardo: Venga, hija, alegra esa carita, que ni tiempo va a tener de verte – se acercó aún más y me abrazó – No sabes el gusto que le va a dar a tu hermano saber que has aceptado
Andy: Sólo que no sé si podre salir de cama para entonces. Regina ha dicho que tengo que guardar completo reposo después del alta – hice cara de desagrado. Estar tranquila nunca fue mi fuerte
Eduardo: Vas a ver que sí, cariño. – Me soltó, pero aun tomó mis manos – Estarás bien más pronto de lo que te imaginas – mencionó intentando darme ánimos, como siempre lo hacía.
Mi padre se quedó conmigo unos minutos más. Insistió de nuevo en que me había pasado para llevarme al hospital, pero tras mi negativa, se dio por vencido. Algo le preocupaba y eso era evidente. Pero se negó a decírmelo. Entonces dejé de insistir y dejé que se fuera. Me recosté de nuevo en la cama y esperé por Regina. Era tarde y no debía tardar en venir con las medicinas. Escuché que llamaron a la puerta y casi de inmediato se abrió. Aún sin girar, empecé a hablar
Andy: Que bueno que llegas, Regina, tengo muchas ganas de hacer pipí – mencioné como solía hacerlo cuando estábamos solas. Tomábamos una actitud infantil que siempre lograba sacarnos por lo menos una sonrisa. Se sentía tan bien poder volver a hacerlo. Me sentía yo de nuevo
X: No soy Regina, pero igual te puedo ayudar a hacer pipí – soltó con una sonrisa. Me volví de inmediato y me puse más colorada que un tomate cuando lo vi. Y aún sonreía
Andy: ¡Miguel! Pensé que eras Regina – fue lo único que mi mente podía articular. Solo Regina y Max conocían ese lado mío tan a fondo. Solo delante de ellos me atrevía a decir “tengo que hacer pipí”
Miguel: Regina me envió con tus medicamentos – dijo antes de soltar una buena carcajada – Pero si quieres, te puedo ayudar a ponerte de pie e ir al baño. Aun estas convaleciente y no es bueno que hagas muchos esfuerzos – se acercó con el vasito que contenía mis medicamentos
Andy: No, está bien. Esperaré a regina – tomé el vasito y él se estiro para servir agua en un vaso que se encontraba en la mesita de noche del hospital – No es ninguna urgencia – sonreí avergonzada
Miguel: Si insistes – rio dándome el vaso – No te vayas a hacer pipí en la cama, ¿eh? – bromeó en cuanto le extendí el vaso de regreso, tras tomarme el medicamento
Andy: No te preocupes. Mi vejiga es fuerte – decidí seguirle el juego. Ya que le hacía. Sonreí. Entonces se dio media vuelta y salió del cuarto - ¿Dónde está Regina? – pensé en voz alta. No tenía razones para no venir a verme. Aún y con todo lo que había pasado entre nosotras, ella había estado aquí. ¿Y Max? Desde que salió papa no volvió. Esos dos tramaban algo. Yo lo sabia
Narra Max…
Después de salir del cuarto de Andrea, fui a la sala de espera. Unos minutos después su papá salió y se dirigió hacia mí. Eso no podía ser nada bueno. Desde que Andrea se fue a vivir conmigo él nos había mostrado su desaprobación. La idea nunca le agradó, y aunque respetaba la decisión de su hija, insistía en que Andy debía estar con él. Y que solo debía mudarse cuando la relación fuera seria y estuvieran próximos a casarse. Muy chapado a la antigua, pero ya era un señor grande. Como mis padres. Compartían muchas opiniones, pero esta última, era su regla de oro.
Eduardo: Max, quiero hablar contigo muy seriamente – sentenció así que me vio.
¿qué creen que le diga don Eduardo a Max? Curioso como hasta yo le llamo Don Eduardo, ¿No? Ojalá hayan disfrutado de este capítulo. No olviden comentar para decirme que les ha parecido y que les gustaría leer, recuerden que escribo el cap próximo después de publicar el actual así que hay lugar y tiempo para cambios. Y para las que me siguen pidiendo beso.... ya casi viene, ya casi, lo prometo. Muchas gracias por leer 💜💜
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Cuando No Es Como Debería Ser...
RomanceElla no creía en el amor, pero el destino tiene otra cosa preparada para ella. ¿Sera capaz de aceptar y afrontar lo que venga? ¿O preferirá ignorar todo eso que es tan obvio para todos menos para ellos dos?