Capítulo 29

117 16 8
                                    

Lo prometido es deuda. Quiero informarles que no voy tan mal. Ya tengo escrito hasta el capítulo 33 (bastante bien para mí) entonces, por lo menos habrá un cap por semana por las próximas 4 semanas wuuu 🙌🏻🙌🏻🙌🏻 Bueno, gracias por leerme! Disfruten su lectura 💜

Guillermo; se encargaba de repetir una y otra vez mi mente. Ese desgraciado se había atrevido a volver a tocarla. No puede ser. Me alejé de Andrea pasándome las manos por el cabello con mi mente al cien, pensando en la mejor manera de acabar con ese infeliz. Estaba mi mente al cien, cuando la escuché sollozar y balbucear algo desesperada entre lágrimas.

Andy: Por favor, te lo suplico – concluyó sollozando. La mire confundido y ella pareció leerme como solíamos hacerlo antes de todo este desastre – No vayas a intentar nada para aprehenderlo, Max. Él conoce demasiada gente y - -

Max: Y no le tengo miedo – la interrumpí molesto – Conozco a ese tipo de cobardes: en realidad no conocen a nadie, solo usan esa técnica para asustar. Es como los asaltantes que te apuntan con un cuchillo a diferencia de los asesinos que lo esconden. Guillermo no puede hacerme nada, no sería tan estúpido – me acerqué a ella y le sequé las lágrimas antes de tomarle por las mejillas para seguir secando sus lágrimas con mis pulgares – Todo estará bien, Andy. Déjame ponerlo en su lugar, por favor. Por tu bien

Andy: No lo sé, Max. Tengo miedo. Miedo de que te pueda hacer algo a ti, o a Nico

Max: No va a pasar nada, linda. Te lo prometo – sequé sus lágrimas una vez más y planté un beso en su frente, para intentar calmarla – Déjame intentarlo. Si de verdad tiene quien me haga daño, mandará una advertencia, usualmente una paliza, pero de no ser así, proseguiré hasta el final. Hasta verlo hundido

Andy: No lo sé, Max – desvió la mirada llena de lágrimas. Estaba genuinamente preocupada - ¿Y si busca represalias tras mandarte la advertencia? No solo contra ti, sino contra Nico, o peor: contra Adriana

Max: - eso último me puso a pensar. No había considerado esa posibilidad. Pero no había de que preocuparse. Y se lo hice saber – Adriana tendrá escoltas, y mientras siga viviendo con papá, no hay manera de que Guillermo le haga algo. Por favor Andy, vamos a intentarlo, ¿sí? – asintió aún muy asustada. No me gustaba verla así. Siempre se me encogía el corazón cuando no podía hacer nada para sacarle una sonrisa. Y pensar en lo que debió sufrir porque no la dejé explicarse, me hace sentir aun peor. Entonces, la envolví en un abrazo. Eso siempre la hizo sentir mejor, y en verdad esperaba que esta vez no fuera ninguna excepción –

Narra Andrea…

Mientras charlaba con Adriana, la puerta se abrió abruptamente. Ambas nos sorprendimos al ver a Max. Dijo que Regina le había llamado, y aunque no explicó que le dijo exactamente, era evidente que era la verdad. Le dije que quería hablar con él y aunque al principio se negó, terminó por acceder. Tras darle muchas vueltas, y poco a poco conseguir que bajara la guardia, una sola palabra fue mas que suficiente. Un solo nombre le hizo entender todo. Sin necesidad de mas explicaciones. Insistió en denunciar a Guillermo, y le hice saber cuanto me aterraba la sola idea. Pero insistió, y como siempre, logró convencerme. El miedo no se había ido. Jamás se iría. Pero en cuanto me envolvió en sus brazos, me olvidé de todo. Cuanta falta me hacía un abrazo suyo. Rápidamente me calmé, y el escozor de las lágrimas se esfumó. Sus abrazos tenían ese poder sobre mí. Y él lo sabía. Por eso me abrazó. Porque no sabía que decir para tranquilizarme, para hacerme sentir segura. Amaba esa sintonía que teníamos. Nos podíamos leer mutuamente como si fuéramos libros abiertos. Siempre lo supimos, igual que todos. Era normal que pensaran que entre nosotros dos había algo más. A momentos nos daba risa, pero había otros en los que nos molestaba. Pero con cada día que pasaba, todo se volvía mas confuso. ¿Nos molestaba que no nos creyeran? ¿O nos molestaba que no fuera la verdad? No lo sé. Nunca lo supe, pero este no era momento de averiguarlo. Primero tenía que estar bien, más que por mí, por él. Él no se merecía esto. Pero estaba decidido a no dejarme sola. De nuevo. Y yo se lo agradecía enormemente. Y segundo, temía a la respuesta. Que por mi parte se volvía cada vez mas clara. Después de unos minutos entre sus brazos, me sentí la de antes. Me sentí la de siempre. Me sentí de nuevo la mejor amiga de Max que lo conocía mejor que nadie, y viceversa. Sin darme cuenta, me entregué a los brazos de Morfeo, y solo desperté unas horas mas tarde. Estaba recostada sobre su pecho. Sus brazos me envolvían con fuerza como la primera vez. Alcé la mirada y me di cuenta de que el también estaba dormido. Me volví a acomodar. Cerré los ojos de nuevo, pero llamaron a la puerta. Intenté sentarme, pero los brazos de Max me lo impidieron. Empecé a acariciar sus mejillas para despertarlo mientras seguían llamando a la puerta. En cuanto abrió los ojos, sonreímos. Y yo me perdí en su sonrisa. Parecía un trance. No podía alejar mi mirada de él. No sabía por qué. Cuando vi sus labios moverse, volví a la realidad, para darme cuenta que me seguía viendo y sus brazos aun envolvían mi cintura. Intenté alejarme, pero no me lo permitió. Y aún sonreía. Un carraspeo me hizo girar mi cabeza a la puerta, solo para ver a una de las primeras personas que no quería encontrarme en una situación así. Ni mucho menos en una posición así. Era el fin, lo sabía. Lo supe en cuanto vi en sus ojos.

Aahhh amé como no tienen una idea escribir este capítulo. De verdad que, ¿es normal enamorarse de su propia trama? Pues no lo sé, pero me ha pasado. Y espero les pase a ustedes también. ¿Quién creen que sea la persona que los ha cogido en una situación así? Bueno, les mando muchos besos y espero les haya gustado este capítulo. Comenten porfis y nos leemos prontito 💜💜

Cuando No Es Como Debería Ser...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora