Capítulo 10

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"Después de todo, ¡Sí soy especial!"


Buenos Aires, Argentina


Dante Flores



Cuánto silencio. Es lo que pienso mientras estoy recostado en el césped, se siente suave y fresco, las nubes cruzan el cielo lentamente, todo está bien. Entonces vuelvo a escuchar esos gritos desgarradores, profundos, gritos que se ahogan en un segundo y desaparecen para siempre junto con las personas que los emiten, mis abuelos. Escucho sus gritos del día que murieron, como me llamaban desesperados, y como mi abuelo en su último instante me miró a los ojos resignado, con una mirada de pena, tal vez él sabía lo que me esperaba, tal vez él ya sabía lo que yo era, ¡Un asesino!


Todo pasa entre borrones, lentamente, y puedo ver desde lejos como un niño está parado frente a una casa en el campo, de repente este cae de rodillas y empieza a gritar, se agarra la cabeza como si esta estuviera a punto de estallar, el niño mira fijamente a la casa y esta empieza a desmoronarse, da la impresión que cada vez se hace más chica, y que los escombros desaparecen al caer.


Veo 2 figuras que emergen por la puerta, pero parecen no poder salir, la casa sigue siendo destruida, reducida, comprimida hasta desaparecer. No quedan rastros de la casa ni de sus habitantes, es como si está se hubiera desintegrado y reducido a polvo. El niño de repente deja de gritar, suelta su cabeza del agarre firme que tenía, mira y empieza a llorar, logra levantarse y dar unos pasos, pero cae, inconsciente, tal vez todo fue solo un sueño, o tal vez no.


Despierto en una habitación chica, tan gris, tan fría, miro a mi alrededor y apenas hay un par de cosas.


-Esta no es mi habitación-pienso


Recuerdo que esta ya no existe, y de golpe en mi mente las imágenes regresan. Yo destruí la casa en la que crecí, con las personas que me criaron dentro, mis abuelos. Me levanto de la cama y es como si el lugar no tuviera puerta, apenas una rejilla en una esquina superior, es una habitación pequeña. No me gusta.


Paso horas buscando una salida, grito hacia la rejilla, muevo la cama de lugar y no hay nada, el pequeño baño es tan cerrado como la habitación,


- ¡¿Dónde estoy?! - grito, pero no hay respuesta.


Solo puedo sentarme y pensar, por qué paso esto, por qué estoy aquí, cuando levanto la mirada la habitación parece achicarse más, odio eso, y el dolor de cabeza vuelve, es punzante, me desespera, pero al mismo tiempo se siente como si se extendiera fuera de mi cuerpo, escucho que la cama se mueve violentamente de lugar, y el dolor se va...


-Telequinesis -pienso.


Sé que es el primer legado que suelen manifestar los Garde, así que eso debe ser.


Paso las siguientes horas en silencio, trato de no pensar, pero aún así me invaden los recuerdos, pienso en todo, y sé que el dolor de cabeza está emergiendo de nuevo, y no quiero que salga, ¿Acaso la telequinesis fue la causante de la destrucción de mi casa? ¿Mi legado se manifestó y provocó todo ese caos? No sé cuento tiempo estoy pensando en eso cuando escucho una voz, levanto la mirada, pero no hay nadie, la voz se escucha como si estuviera justo frente a mí.


- ¿Cómo te llamas? -


-Drey -respondo.


- ¿Cuántos años tienes? -


-4 -vuelvo a responder.


- ¿Recuerdas lo que ocurrió? -


-Recuerdo a mis abuelos gritando y la casa cayéndose a pedazos-

Los Especiales, Primer Libro De La Saga: Los Legados Oscuros De Lorien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora