Los Especiales, Primer Libro De La Saga: Los Legados Oscuros De Lorien.

Capítulo 12

"Adorable y

aterradora"

Bogotá, Colombia

Sebastián Jones


Estoy sentado a la mesa en la habitación con una taza de café revisando el mapa ya que hay algo que no me convence del todo. Inclusive aquí el colgante de Trece apunta a otra dirección cercana. El mío ha estado inmóvil apuntando a la misma dirección ¿Será posible que 2 más estén en Colombia y no 1 como había pensado? Después de todo Trece y yo crecimos en Venezuela.

Escucho a Trece levantarse y al parecer ha descansado bien o quizás no, es difícil saberlo ya que usualmente no está de buen humor por las mañanas. Incluso ella me ha dicho que en esos momentos de su vida siempre tiene más ganas de dormir que de vivir, hasta yo pienso lo mismo.

-Buenos días- le digo.

Ella alza su mano y me saluda, mientras se dirige al baño. Luego de lo que parece ser media hora sale, reluciente y hermosa a mi parecer. Es que ella tiene algo que me atrapa pero trato de no mostrarlo, creo que es lo mejor. Ella toma asiento junto a mí.

- ¿Cómo estás? ¿Qué haces? -me pregunta.

- ¿Qué cómo estoy? Pues un poco adolorido. No es muy cómodo que te usen de almohada humana. Pero gracias por preguntar -le digo.

- ¿Y tú que tal estás? -le pregunto y al ver que no responde le digo:

-La amabilidad no mata, Trece-

- ¡Cállate! Tengo sueño. Lo menos que quiero ahora es ser amable contigo y por cierto eres una almohada humana bastante cómoda - dice, luego agarra un pan de la mesa y lo acompaña con leche. Después de comer me mira y dice:

-Ahora nos vamos y tú conduces-.

- ¿A donde vamos? -le pregunto.

-A entrenar genio ¿A donde más? -me dice.

Llevamos 2 semanas viajando y nunca pensé que haríamos eso, pienso que sigue enojada por lo de aquel día.

-Sé que quieres desquitarte conmigo. Pero al menos promete que serás gentil con este galán -le digo guiñándole el ojo.

-No prometo nada cariño. Debemos buscar un buen sitio para entrenar donde nadie nos moleste -sentencia ella.

-Bien, andando -digo al final tomando las llaves de la mesa.

Conduzco un largo trecho y paramos a las afueras de Bogotá. Vi en internet que este sitio estaba abandonado por lo que sospecho que cumple con las expectativas de Trece.

- ¿Qué te parece este lugar? -le pregunto.

Ella empieza a observar y ve que de verdad es un lugar solitario, a su parecer luce como un pueblo abandonado.

-¿Sabes? Este encuentro terminará antes de comenzar -me dice confiada.

- ¿Por qué lo dices? -le pregunto expectante.

En ese momento Trece comienza a tararear, mis ojos se abren, por un momento puedo sentir que estoy en la nada y cuando chasquea los dedos para hipnotizarme pequeños rayos salen de mi cabeza. El campo magnético que emito inconscientemente me ha salvado.

-Ey que fue eso -gruño.

Por su expresión ella no entiende lo que ha pasado. Parece cuestionar la razón por la cual su legado no ha funcionado en mí y aunque tengo la respuesta por los momentos no pienso decírsela, ella tendrá que descubrirla por sí sola.