Los Especiales, Primer Libro De La Saga: Los Legados Oscuros De Lorien.

Capítulo 5

"Dos legados en un día"
Buenos Aires, Argentina
Sofía García

Hoy es 02 de mayo, mi cumpleaños. Al menos el que elegí aquí en la tierra, porque el que festejaba en Lorien no lo recuerdo con exactitud, a causa del calendario Loriense que es muy diferente al de la Tierra, pero sé que cumplo 21 años, de eso estoy muy segura. Me provoca sentir nostalgia y dolor a la vez, porque recuerdo el último día que estuve con mi familia. El día que mis primeros Legados despertaron.

¡¡Así es!! 2 legados, 1 bueno y 1 malo, pero no en ese orden precisamente. Era muy pequeña, y fue algo verdaderamente raro para los Lorienses, y mucho más en mi familia. Una familia respetable en la sociedad, y muy activa en temas referidos al bienestar del Planeta.

Todo ocurrió cuando cumplí los 4, mis padres, tíos y primos vendrían a visitarme. Yo vivía con mis abuelos, mi hermano Aarón de 8, y mi hermanita Amy de 2 . A los niños Lorienses los crían sus abuelos hasta los 11 años, que es cuando van a la Academia a estudiar. De tanto en tanto podía ver a mis padres. Aunque para ser sincera, su favorita era Amy, mi hermanita. Que fuese chica, no significa que fuese ingenua, a mi corta edad yo era bastante madura, y sabía diferenciar. Y como les dije antes, mis padres venían seguido, al menos 3 veces al mes, algo que no estaba permitido, pero había excepciones. Y mucho más, si tu familia forma parte de la Seguridad del Planeta, o al menos eso me decían mis abuelos.

Ese día comenzó muy bien, mi abuela fue a despertarme como lo hacía todos los días, con besos y abrazos, y tras ella, aparecía mi abuelo, con la bandeja del desayuno; leche, galletas y una flor blanca que tenía un hermoso aroma, no recuerdo su nombre, pero me encantaba, (debo aclarar, que ellos no tenían favoritos, trataban a todos sus nietos por igual). Mientras desayunaba, veía por la ventana de mi habitación, los preparativos para el cumpleaños. La comida, las bebidas, un enorme pastel de color blanco que tenía escrito "Feliz Cumpleaños Zophie" en rojo y con muchos adornos a los bordes.

Mis abuelos adornaron el patio de la casa, y armaron juegos para los niños invitados. No eran muchos, porque yo era muy tímida y me costaba hacer amigos. Así que ellos invitaron a varios niños, nietos de sus amigos, pero con los que yo rara vez jugaba, por lo general, solo cuando sus abuelos visitaban a los míos. Además, eran mayores que yo, y a veces me molestaban, pero había un niño, Theo, con él sí jugaba, pasaba casi todo el día con él, ya que vivía al lado de la casa de mis abuelos.

Fue un hermoso día. Mis primos estaban conmigo, todos mayores por supuesto. Ray tenía 15 años, Lexa 13 y Brandon 12, al ser la más chica, no pasé mucho tiempo con ellos, porque mientras crecían ellos experimentaban el despertar de sus legados, y se marchaban para ingresar a La Academia y allí instruirse para ser Garde, por eso esperaba con ansias la llegada de este día, ¡Por fin íbamos a estar juntos!

Ray junto a Lexa me hacían jugar en el aire, me elevaban pocos metros con su telequinesis y a su vez Brandon hacía levitar pelotas a mí alrededor ¡Era feliz! Y para completar esa dicha, Theo me regaló una pequeña Quimæra, a la cuál llamé Rocco. Una Quimæra, es un animal que puede transformarse a voluntad en distintos animales, y ahora cuando llegó, Rocco era un perrito pequeño, tendría apenas 1 mes de nacido. Ni bien lo puse en el suelo comenzó a correr y jugar a mí alrededor, me mordisqueaba mis zapatos, me puso muy contenta. Pero el día, poco a poco se convirtió en algo trágico.

Unos oficiales llegaron a la casa, vinieron a buscar a mi familia, por motivos laborales de suma urgencia, dijeron, pero ¿Qué podría ser tan importante?