Dos personas.
Dos mundos opuestos.
Una relación falsa.
Una noche de fiesta ha bastado para dar un giro impredecible en la vida de Nicole Carson y Maximiliano Dimitriou, una estudiante universitaria y un magnate hotelero.
Uno nunca se ha enamorado y...
Powerful - Major Lazer, Ellie Goulding, Tarrus Riley.
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Narrando Nicole Carson.
Hoy es el día de la Gala Mascarada.
De todas las emociones que siento desde que amanecí esta mañana, la que más resalta son los nervios. Hay ocasiones donde me tengo que sentar a inhalar y exhalar para regular el malestar estomacal.
Y eso que todavía no llega la hora de que vengan las estilistas a ayudar a arreglarme.
Sí, Maximiliano contrató dos estilistas. Pude haberme quejado, en cambio, le agradezco porque ni siquiera sé cuál peinado o maquillaje sería el indicado para tal evento. No es de esos eventos en cual te alacias el cabello, te maquillas natural y listo. No, este es un evento donde lucir despampanante es la pieza clave para encajar entre la multitud.
Apago el televisor y me levanto apurada de la cama a abrir la puerta en cuanto escucho dos suaves toques.
—Señora Rosa —dejo de mirar a la mujer igual de chaparra que yo para mirar a las dos chicas que se ubican atrás de ella. Una es rubia y la otra de cabello morado.
—Señorita, ellas serán las jovencitas que la ayudarán a ponerse guapa.
Me hago a un lado, todavía anonada de que voy a tener, no una, sino dos estilistas que me pondrán bella.
—Pasen, por favor —invito con la voz un poco temblorosa.
—Oh, yo me voy pero te dejo en muy buenas manos —Rosita se da la vuelta y le hace señas a las mujeres para que entren con todo y sus maletas.
—Gracias, señora Rosa —La chica de cabello morado le tira dos besos en el aire antes de cerrar la puerta y encararme junto a su compañera.
—Mucho gusto, señorita Carson. Mi nombre es Kate —se presenta la rubia—, y ella es Alexa —señala a la de cabello morado.
—El gusto es mío. Y, por favor, llámenme Nicole.
—Ay, que bueno, porque no me gusta ser tan formal con las clientas —se queja Alexa, jalando la gran maleta metalica hacia el baño.
—Mientras Alexa prepara las cosas en el baño, porque no me muestras tu vestido y tacones.
—Por supuesto —llevo a Kate al closet que tiene casi las mismas medidas que mi recámara, y le muestro el vestido recien traído de la tintorería.
Kate hace una expresión bastante agradable, mirando el vestido y luego mirándome a mí. Repite el mismo proceso tres veces. Es como si estuviera creado una imagen mental de qué cabello y tonos de maquijalle quedarían con el largo vestido negro.
