Capítulo 36

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Love the way you lie - Rihanna, Eminem.

Tengo a Kate poniéndome los tacones y Alexa terminando de alaciar mi cabello, en cuál coloca unos broches detrás de mis orejas para formar una diadema con mi pura cabellera

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Tengo a Kate poniéndome los tacones y Alexa terminando de alaciar mi cabello, en cuál coloca unos broches detrás de mis orejas para formar una diadema con mi pura cabellera. De ahí se hace cargo de poner suficiente spray para mantener cada pelo en su lugar.

Kate sale corriendo del cuarto de baño para ir a buscar no entiendo qué cosa con eso de que habla demasiado exaltada. Al regresar, ya sé lo que la tenía emocionada, la caja cuadrada con joyas que le prestaron a Maximiliano para que lo modelara durante la noche.

Hasta esta mañana me enteré de que estaríamos asistiendo a un evento dedicado a las joyas. Habrá subastas y modelos por todo el lugar, lo que integra un miedo por la cantidad de películas que he visto en dónde delincuentes planifican un robo masivo.

Mi desquiciada mente deja de temer por algo que dudo que pase, tras sentir el delgado collar de diamantes descansar en mi clavícula. Se siente frío y pesado. Eso sí, es menos pesado que el que use en la Gala Mascarada.

—Te ayudo con los aretes —le digo a Kate, que viene con toda la intención de hacer el trabajo ella misma. Prefiero ponerlos sola, dado que luego se siente terrible que no le atinen al hoyo correcto a la primera.

—Todos tuyos —me entrega las dos piezas con forma de lágrimas.

Alexa alcanza un bote de lo que parece ser crema. Detrás de la etiqueta, el contenido se ve dorado y brilloso, como si fuera un le he traído de un mundo donde crían unicornios. Sin ofender.

—¿Te parece si te ponemos esta crema en la espalda? Hará que se vea brillosa —sostiene el bote, esperanzada a que mi respuesta sea un sí.

Que mi piel tenga unos cuantos brillos cubriendo la superficie, dudo que se vea mal, así que accedo a la propuesta.

En el instante que siento sus manos rozarme, suelto un chillido por lo frías que están. Alexa me da una cara de disculpas desde el espejo y continúa esparciendo el líquido en todas direcciones.

Entre las dos terminan los últimos retoques lo más pronto que pueden. Seguido de ello, me despiden con las mismas vibras positivas que en Miami.

Me imagino que, cuando me ven salir de la recámara hacia la sala donde espera Maximiliano, alivio les invade a las dos, pues me han contado que apenas terminan conmigo, deben tomar un vuelo a París para maquillar a una modelo conocida.

Se ve que su empleo es cansado, aunque viendo la pasión que le tienen, han de disfrutar cada segundo.

Dejo de pensar en Kate y Alexa al notar como mis manos sudan frío y mis piernas se desplazan peor que gelatinas. Es que no puedo creer que yo, Nicole Carson, estoy a punto de asistir a mi segunda gala con un vestido que en mi vida imagine ponerme. Sin mencionar las joyas, los tacones y los demás pequeños detalles.

Mientras Me Busques (1º) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora