Capítulo 24

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Midnight - Coldplay.

Narrando Maximiliano Dimitriou

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Narrando Maximiliano Dimitriou.

Necesito un descanso de tanto viajar. Hace cuatro días estaba en Miami, ahora estoy en Londres y dentro de dos días viajo a Las Vegas para la sesión de fotos que tendremos Nicole y yo para la importante revista Vanity Magazine. Estoy a unas horas de LV y salgo a Rusia a celebrar el cumpleaños del amargado de Grigory que ni siquiera sabe que vamos Jayson y yo a sacarlo de su cueva.

Parece que no soy el único que anda de gira artística al ver a mi abuelo atravesar la puerta de mi suite como si hubiera sido poseído por un demonio.

Me molesta que siempre aparezca de la nada. Sin embargo, sé a la perfección que eso solo sucede cuando no está de acuerdo ante una situación.

Desde los milímetros que nos separan, puedo identificar que se trata de Nicole.

—Te ordeno que termines esa... relación que tienes en este instante —La palabra <<relación>> la escupe con cierto asco.

Cruzo los brazos sobre mi pecho, desinteresado en su opinión.

—¿Y cómo por qué haría tal cosa?

—¡Porque lo estoy ordenando, Maximiliano!

Tarde se lo hizo empezar a gritar.

—Abuelo, no me puedes decir con quien si y no establecer una relación amorosa.

—Claro que sí. No voy a permitir que pongas el apellido Dimitriou en peligro por una mujerzuela.

No entiendo cómo ni porqué, pero mis ojos se oscurecen y la sangre me empieza a quemar.

Me causa molestia escuchar la forma en que se refiere a Nicole sin siquiera tener el gusto de conocerla. Es lo clásico de mi abuelo, juzgar sin siquiera saber nada de la otra persona.

—Te voy a pedir de favor que tengas mucho cuidado de como te expresas de Nicole.

—Es que sigo sin entender porque dejaste a Valentina. Viene de una buena familia, es una mujer muy hermosa y ni se diga su educación. Ella sí merece tener el apellido Dimitriou.

El demonio poseído deja de ser mi abuelo y ahora transmite su energía cargada de odio y desprecio hacia mí.

—¡¿Cómo te atreves a decir eso después de lo que hizo esa mujer?! —bramo, sintiendo como mis ojos se llenan de gotas producto de la rabia.

—¡No me grites, niño malagradecido!

Suelto una carcajada sin chiste.

—¿Malagradecido? Toda mi jodida vida he hecho lo que tú quieres y ¿me vienes a decir malagradecido?

—Pues claro, porque sin mí no eres nadie.

Mi abuelo es un hombre difícil de convivir. Todo se basa en competencia y regaños innecesarios para según orientarte en el camino correcto, cuando la realidad es que induce a uno hacer lo contrario para retarlo y demostarle que uno no lo ocupa para superarse.

Mientras Me Busques (1º) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora