La sola idea de volver a la secundaria le hacía tener sentimientos encontrados a JungKook.
Golpeteaba el volante ansioso, y mordía la piel seca de sus labios. Volver a la secundaria le podía dar indicio de que fue de su adolescencia, tenía mucha curiosidad de conocer los pasillos y hasta las escaleras de esta.
Estacionó el automóvil frente a la secundaria y fijó su vista en el papel que le había dado su madre con la dirección corroborando si estaba bien y como lo estaba salió del automóvil adentrándose a la institución.
Era simplemente maravillosa.
Casilleros color azul francia y paredes blancas es lo primero que se encontró al entrar. El piso estaba encerado y podía ver su reflejo si miraba a este, sonrió mientras paseaba por los pasillos hasta que encontró la oficina del director. Sentía tan familiar este lugar, que podría recordar algo ahora mismo.
Tocó la puerta y un señor algo anciano con gafas y traje lo recibió.
—¡JungKook! qué maravilla que te encuentres aquí, pasa pasa.
El menor le sonrió tímidamente, y deseaba que por nada del mundo le comentará si había visitado la oficina en el transcurso de la secundaria.
—Me alegra que hayas venido, tu madre me habló sobre que eres terapeuta y conseguiste el título.
JungKook asintió algo distraído y comenzó a mirar a los alrededores de la oficina, cuadros de color algo amarillentos que guardaban recuerdos y trofeos de torneos de bádminton decoraban esta.
—Siento mucho que no me puedas recordar, mí hija menor tiene amnesia temporal también. Pero créeme que eras unos de los mejores estudiantes de aquí, la verdad es que nunca había visto en mí carrera como director a un alumno tan capaz como tú.
—Pensé que era un mal alumno, se me ha ido un peso de encima.
Ambos rieron y JungKook comenzó a hablar con el director acerca de las terapias grupales que daría solo los sábados ya que los alumnos que necesitan terapia ya la tienen, pero requieren de más y seguida.
Una vez que se estrecharon la mano dando a entender que las terapias se iban a realizar a partir del sábado que venía, JungKook salió de la oficina y comenzó a dar un pequeño tour por toda la secundaria, visitando salones, baños y las canchas de bádminton que se encontraban a las afueras.
Paseando por los pasillos se encontró con un estante con trofeos del deporte y un cuadro que conmomeraba el equipo del último grupo de bádminton, ya que nadie en la actualidad, había formado otro grupo.
Eran puros chicos, agrupados y abrazados, su vista se clavó un chico que se encontraba al fondo de todo, algo escondido pero se lograba ver su rostro a la totalidad. El rostro de JungKook se sorprendió al ver que este le resultaba familiar y sentía que lo había visto...
El castaño agudizó la vista tratando de identificar a ese chico y dijo en un suspiro asombrado.
—¿Es posible?
Era TaeHyung.
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𝗧𝗛𝗘𝗥𝗔𝗣𝗬 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
FanfictionTaeHyung estaba destruído. Ver a JungKook postrado en aquel hospital, lo había dejado sin ganas de vivir. Así que lo mejor era que se alejara de él y lo dejara ser feliz. Luego de 6 años sin saber nada de él, sus traumas siguen siendo más fuertes y...