CAPITULO 7: NUEVOS AMIGOS

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Y como si su predicción se cumpliera, al día siguiente, la general Tempest Shadow volvió a la acción, aunque no de la forma en la que se imaginaba. La ordenaron a entrenar a unos soldados novatos los cuales a penas y sabían como posicionarse en un campo de batalla. La tarea de entrenamiento fue ardua y constante. Los gritos, los golpes y las llamadas de atención fueron como una melodía apacible para el emperador el cual le encantaba la dureza con la que la unicornio entrenaba a los novatos.

-¡¡Si sigues corriendo como niño asustado Drop Wheeler, yo me encargare de que corras por tu vida, ¡¡ASI QUE HAS TU MALDITO TRABAJO DE UNA VEZ POR TODAS!!

El sudor y las lagrimas de llanto no se hicieron esperar incluso para aquellos sementales que presumían de tener un temperamento fuerte e irrompible.

-¡¡Muy bien caballero Strause, ahora repítalo unas doscientas veces si no quiere que me siente encima suyo y le rompa la espalda!!

Sigmar se la paso escuchando toda la tarde las llamadas de atención de la general Tempest, lo disfrutaba como nunca antes. No pudo evitar reírse a carcajadas por las burlas que la general ejercía sobre su grupo de novatos.

-¡¡SI QUIERES BRINCAR COMO CONEJO ARMORED SOUL, QUE TE PARECE SI TE DISPARO CON EL RIFLE DE PLASMA PARA QUE PUEDAS BRINCAR BIEN!!

-¡¡No, general Tempest, Noo!!- grito casi chillando el sentimental pegaso.

-¡¡Entonces sigue con los ejercicios!!.

Al terminar con la rutina de entrenamiento, los novatos salieron casi llorando por la dureza y la disciplina exagerada de la general. Sigmar entro a la sala de entrenamiento donde se encontraba Tempest.

-He de felicitarla, general Tempest Shadow, su disciplina de entrenamiento me encanta

-Muchas gracias emperador Sigmar, solo hice lo necesario para entrenar a los novatos.

-Si, eso lo note considerablemente, por cierto, me gustaría que fueras al campo de tiro para que te familiarices con las armas de plasma y los explosivos de luz.

-Esta bien emperador, para allá me dirijo.

-Ah, antes de que te vayas, debo informarte que mi segunda al mano, Theta, mmm, con la que te peleaste el día de ayer, se encuentra en la sala de tiros, porfavor procuren no matarse.

Tempest Shadow suspiro algo molesta por la noticia.

-Muy bien emperador, eso trataremos.

                                                                        (...)

Para sorpresa de todos, la nueva general se acostumbro rápidamente al uso de las armas de plasma y los explosivos. La puntería que poseía era envidiable, incluso despertó los celos de Theta quien estaba siendo ignorada por su escuadrón para prestarle atención a la demostración de Tempest.

Varios cadetes y soldados rasos sentían admiración por el carácter serio e implacable de la nueva general, y otros tantos sentían una intensa atracción física por la figura atlética de la yegua. Pero Tempest nunca le había interesado realmente la idea de enamorarse y salir con alguien, y dudaba que alguna vez se interesara en lo que le quedara de vida. Estar nuevamente dentro de las filas de la milicia la hacían sentir vibrante y satisfecha, aunque fuera su primer día de servicio.

Se hallaban todos los miembros del escuadrón de ataque aéreo Bravo 1-2 comiendo en el comedor de la base, allí la nueva general recogía su bandeja de comida sirviéndose lo que consideraba apetecible. Para desagrado suyo, la comida militar de Deva no se diferenciaba mucho de otras, era insípida sin un ápice de salada o dulce, simplemente era comida para llenar el estomago pero no para complacer el paladar.

INVASIÓN: LOS NUEVOS DIOSES (HISTORIA 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora