El amanecer había llegado a los bosques de Forsaken y el grupo de ponis seguía avanzando sin detenerse. El espectáculo de ayer había dejado con cierta incertidumbre tanto al emperador Sigmar como a la general Tempest Shadow. Ahora las naves Marauders se destruían unas a las otras. Sea como fuese, de algo estaban seguros y era que debían llegar a Redwood lo antes posible.
Al cabo de una hora cruzaron todo el bosque Forsaken y llegaron al desierto de Heimgard, ahora solo faltaban 10 kilometros para llegar al puerto de Newsheaven y así tomar alguna embarcación abandonada para arribar al puerto de Redwood en unos 2 días máximo. Aún quedaba un largo viaje pesar de toda la distancia recorrida en dos semanas a pie. Sin lugar a dudas estaban agotados y hartos de tener que cazar animales o recolectar frutas para poder comer en grupo. Todos deseaban estar sentados en un banquete y atracarse de comida hasta quedarse dormidos.
La general Tempest Shadow jadeaba de cansancio junto a su tropa de soldados de Redwood, Gideon poseía varios odres de agua llenos por lo que no dudo en compartirlos con los demás. Chrysalis seguía teniendo como prisionera a su hermana Saroth. Un aquelarre de bestias se escuchaban del otro lado de la colina, curiosos, Cassian, Sigmar, Luna, Tempest y Gideon fueron los primeros en asomarse.
En la gran extensión de terreno árido le liberaba una feroz batalla de bestias, grandes manadas de Brwadaks, Novistadores y Bestias Forsaken atacaban en embestidas a unas extrañas y desconocidas criaturas similares a insectos.
Sigmar quedo sorprendido por las nuevas bestias que combatían a las manadas de monstruos, ¿acaso era una de las tantas especies no clasificadas de las Hordas del Norte?. Cassian y Luna por otro lado se mostraron preocupados ¿como iban a cruzar toda esa estampida de monstruos?. Tempest Shadow estaba alerta, lista para atacar si cualquiera de esas bestias se atreviera a desafiarla.
—¿Que sucede del otro lado emperador Sigmar?— pregunto Theta quien ya estaba evidentemente preocupada por los estremecedores rugidos y gritos de las bestias
—Corran— dijo el emperador— ¡Todos regresen a los arboles AHORA!
Los 5 ponis descendieron la colina corriendo a toda velocidad mientras que una gran horda de arácnidos les seguían implacables. Tanto Changelings verdes como rojos retrocedieron volando y algunos corriendo. Chrysalis dejo a su suerte a Saroth y esta pudo escapar liberándose de sus ataduras. Los Arácnidos Guerreros cogían a los desdichados ponis que quedaron a combatirlos y los desmembraban con sus alargadas extremidades como si fueran muñecos de trapo. Sigmar y Theta se escondieron detrás de una hilera de rocas mientras que los demás combatían a las nuevas bestias. Cassian y Luna sobrevolaban la gran Horda de Arácnidos y los eliminaban lanzando rayos de energía fulminante de sus cuernos. Tempest Shadow cogió una espada y un escudo, un Guerrero quiso tomarla con sus patas delanteras para desmebrarla con su mandíbula pero la General se protegió de cada uno de los ataques de la bestia, cuando vio la oportunidad corto sus patas delanteras para después clavar la filosa espada en la alargada cabeza del monstruo. Los demás combatían disparando grandes cantidades de proyectiles a los Insectos.
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INVASIÓN: LOS NUEVOS DIOSES (HISTORIA 4)
FanfictionTodo cambio después de la devastadora guerra que azoto las lejanas y frías tierras Equestrianas. Sin embargo, los equestrianos pronto se darán cuenta de que el cosmos aun les tiene varias sorpresas por delante. Con la amenaza de una inminente invasi...