Spike y Applejack habían pasado los últimos 2 días alimentando changelings con pequeñas muestras de afecto y cumplidos forzosos. Mientras tanto, el emperador Sigmar había sido obligado a complacer a la reina Chrysalis en "deberes amorosos", pero sin lugar a dudas, había disfrutado de aquella obligación.
La mañana comenzó, el sol emergió del horizonte iluminando los densos bosques de la región del este, las hojas anaranjadas proyectaron sombras coloridas sobre los troncos de los arboles y sobre las rocas. Un pequeño haz de luz ilumino el rostro de la reina Chrysalis quien despertó a lado de su "sirviente amoroso". Sin embargo, para una criatura como ella que necesitaba alimentarse de tan intensa emoción, comenzaba a sentir un apreció hacia aquel semental a lado suyo. Su melena grisácea junto con su pelaje semi-azulado lo hacían un potro sumamente atractivo, su cuerpo trabajado y su temperamento serio e imperturbable le eran irresistibles. Sin embargo, dudaba que su imperio aceptara algún acuerdo social para estar a lado de aquel semental. Y ni siquiera se le ocurría la idea de un matrimonio, aquello era simplemente impensable. Sigmar despertó momentos después y nuevamente quedo cautivado por la intensidad de los ojos verdes de Chrysalis, la beso con cariño y pasión a lo que la reina correspondió con mucho afecto.
-Buenos días su majestad- le saludo cordialmente Sigmar.
-"Tsk...Buenos días querido- correspondió su saludo muy sonriente"- ¿Como amaneciste?
-Amanecí estupendo su majestad, pero lamentablemente creo que hemos concluido nuestro convenio de "amor"
-"Tsk... ¡¡¿Que?!!- exclamo ella, mas asustada que molesta- Pero, emperador Sigmar, ¿que sera de mi y mis súbditos? Hacía mucho tiempo que no comíamos amor. No podremos soportar otra temporada sin comer.
Sigmar guardo silenció por unos instantes, algo dentro de su mente le indicaba que llevarse a la reina Chrysalis junto con sus zánganos sería una muy buena idea para tenerlos como aliados durante la invasión Marauder que destruía el mundo a paso lento pero seguro. Al fin y al cabo, los changeling poseían una rapidez de reproducción única, por lo que podrían ser mas numerosos que los Scavens o los Pict. Entonces tomó una decisión.
-Puedes venir conmigo Chrysalis, tu y toda tu colonia, pueden venir y se les aceptara como ciudadanos de Deva, incluso si quieres podemos celebrar un matrimonio entre tu y yo para que tu y los de tu colonia ya no deban ocultarse nunca mas.
Los ojos se Chrysalis se llenaron de lagrimas por aquellas palabras. Sus piernas le temblaron como jalea y su corazón le latió muy acelerado, nunca antes nadie había sido tan piadoso con ella y sus súbditos. Vio la oportunidad de darle un futuro a su colonia, y también vio la oportunidad de sembrar amor para ya nunca mas tener que devorarlo. Se abalanzó encima de el y lo abrazó con mucho cariño.
-¡Muchas gracias Sigmar, no sabes cuanto te agradezco esta oportunidad!- le decía chillando
-No tiene que agradecerme su majestad, me parece un convenio justo para usted y su especie.
Mientras Chrysalis y Sigmar se mostraban sus sentimientos el uno al otro, Applejack ya estaba aburrida de estar coqueteando forzosamente y soplando besos a cualquier changeling que se le acercara, Spike no tenía tanto problema con el trabajo, pero tan solo deseaba que Sigmar bajara de una vez de la cámara de la reina.
-¡Con un demonio! ¿a que hora bajara Sigmar para irnos de aquí de una vez por todas?- se quejo la pony vaquera ya muy molesta.
-No lo se, Applejack ¿porque no mejor le preguntas a alguno de tus "pretendientes" donde hay comida? tengo mucha hambre.
-¡¡¡¿MIS QUE?!!!- exclamo Applejack por su comentario de pretendientes.
Applejack lo pateo con fuerza haciendo que se estrellara contra una pared de roca natural. El pequeño dragón se sobo la cabeza mientras se tambaleaba algo aturdido por el golpe.
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INVASIÓN: LOS NUEVOS DIOSES (HISTORIA 4)
FanfictionTodo cambio después de la devastadora guerra que azoto las lejanas y frías tierras Equestrianas. Sin embargo, los equestrianos pronto se darán cuenta de que el cosmos aun les tiene varias sorpresas por delante. Con la amenaza de una inminente invasi...