CAPITULO 47: LA CAZA DEL MONSTRUO

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La noche cayó, antes de que Sigmar se asentara en el palacio presidencial de Redwood junto a su esposa y los demás miembros, dio la orden que tanto esperaba Theta escuchar. La unicornio se hallaba impaciente pues estaba esperando este momento desde su llegada al país soviético.

—Theta, ¿podrías hacerme un favor?

—¿Que deseas Sigmar?

—Como bien tu sabrás, la secta del coronel Ruchkin Arkadiy ha estado causando estragos en los pueblos sureños de Redwood. Han secuestrado a yeguas embarazadas para no se que especie de ritual pagano, pero que sin dudas esta relacionado con los Primigenios. Tu deber es ir a su guarida, que esta ubicada en las montañas Johanness y acabar con el junto a su secta pagana.

—He estado esperando mucho tiempo para recibir esa orden Sigmar, sera un placer hacerlo.

—Ah...si ¿Theta?

—¿Mande Emperador?

—No les muestres piedad a ninguno, ni siquiera a los potrillos de la secta, su apariencia inocente puede ser mortal y engañosa. Mátalos a todos, no dejes a ninguno con vida.

—A la orden, emperador.

Theta se retiro, armada con sus mejores armas y artilugios de tortura imperial que solo ella disfrutaría ejecutarlos. La noche sería mas larga de lo esperado.

                                                                              (...)

La yegua despertó luego de su agotador parto forzado, el coronel Ruchkin le ordenaba a sus vasallos que fueran por mas comida para el "Hijo de las estrellas" pues su deber de alimentarlo era mas trascendental que la existencia de todas las criaturas vivas de Equs.

—¿Donde...donde esta mi bebe?

—Ah...tranquila Anya, pronto tendrás a tu hijo en tus cascos.

—Señor Arkadiy, ¿le muestro el bebe a la madre?

—Por supuesto Rita, muéstrale a su bebe.

La enfermera, de aspecto lúgubre y enfermizo, le enseño el bebe a la madre, quien quedo enamorada del pequeño potrillo en el instante en que lo vio, cargo entre sus cascos a la pequeña y frágil criatura, producto de su vientre.

—Es...muy hermoso. Mi pequeño potrillo es hermoso.

—Sin duda lo es Anya, y sin duda también lo sera para nuestros propósitos.

—¿Que? ¡¿que quiere decir con eso?!

—Rita...

La enfermera le arrebato al bebe a su madre para llevarlo a otro cuarto de la pared contigua, la madre bramaba para que se lo devolvieran.

—¿Que van a hacerle? ¡devuélvanme a mi hijo!

—Lo siento, pero tu hijo nació para otro propósito mas que tu propio deseo egoísta de ser madre.

—¡No...devuélvame a mi bebé!

Ruchkin ato una cuerda metálica al cuello de la yegua la cual comenzó a gemir de asfixia, al coronel se le dibujaba una sonrisa perversa en su rostro.

—Tu no entiendes esto Anya. Tu hijo cumplirá un propósito mas grande que nuestra propia existencia.

—¡¡Aghhh!! ¡¡¡Ghaghhhh!!!

—Tu hijo sera el alimento sagrado del "Hijo de las estrellas" ¿que acaso no comprendes Anya? ¡TU HIJO SERA EL ALIMENTO SAGRADO!

—¡¡Aghhh!! ¡¡Ahhhhghhhh!!

INVASIÓN: LOS NUEVOS DIOSES (HISTORIA 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora