v e i n t i u n o

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advertencia rápida: hay una situación donde tocan a alguien en contra su voluntad y no sabe que no es no.

Jungwoo odiaba esa sensación, enserio la odiaba.
Eran muchos sentimientos acumulados al punto de querer gritar, no quería hacerse daño porque se rehusaba a volver a esa época.

—Johnny, déjame... Por favor.— su voz se escuchaba mucho mas bajita de lo normal. Sus manos temblaban y buscaban soltarse del agarre del mayor.

El pelinegro había notado esa actitud extraña en su mejor amigo, y no fue que hasta jugando en guerras de cosquillas pudo notar como pequeños rasguños sobresalían de las pálidas muñecas del joven.

—Jungwoo... No esta bien... Yo, se que puedo ayudarte... Prefiero que hagas eso en mi piel que en la tuya.— las lágrimas del menor no tardaron en comenzar a caer mientras intentaba esconder su rostro.— Bebé... No es la mejor manera de desahogarte, créeme.—

— P-Perdón...—

— Shhh.— el mayor acarició con cuidado aquellas marcas y dejó un corto beso en ellas.— No te volverás a sentir así, lo prometo.—

Jungwoo quería llorar, observaba su café confundido y acomodaba su cabello de vez en cuando. Lo que odiaba es que no podía ocultar nada, ya que Seo sabía perfectamente cuando el menor estaba mal o le escondía algo.

— ¿Todo bien? — la voz de Johnny le hizo alzar su mirada y observó su rostro sonriendole poco.

— Sí... No he descansado, bien.— Jungwoo habló y frunció su ceño pasando sus dedos por la libreta cerrandola.— Tengo que irme... Terminar varios de mis apuntes y así.

— Esta bien, corazón.— se acercó a dejar un corto beso en su mejilla y se puso de pie.— Debo seguir trabajando, pero cualquier cosa recuerda que puedes decirme.—

—Claro que te diré, bonito...— sonrió entre cerrando sus ojitos y suspiró terminando de recoger sus cosas para caminar a la salida del café, sintió el agarre en su brazo jalarlo de golpe y se giró mirando a Johnny.

— Por favor cuídate mucho, si algo te pasa... No se que haría.—

— Estaré bien, ¿sí? —

— Esta bien...—

Se sonrieron y Jungwoo dejo un pequeño beso en sus labios en forma de despedida. El de cabello naranja colgó su mochila en su espalda y dio último trago a su café frío lamiendo la crema batida que había en la orilla de su vaso pars después desecharlo en la basura.

Comenzó a caminar en rumbo al centro comercial, antes de ir a su casa recordó que varios de sus rotuladores se habían terminado y necesitaba comprar unos. Jungwoo tenía ese presentimiento en su pecho y no podía quitarlo o dejar de pensar en él, sus manos temblaban y se pasaban por los tirantes de su mochila.

De vez en cuando podía ver a alguien de reojo y quería correr, ¿qué tenía que estar haciendo ahí? En todos los lugares de la ciudad ¿Por qué tenía que estar ahí?

Que mierda tenía que hacer Vladimir.

El menor rápidamente entró al gran centro y con la mirada buscó la tienda en la que deseaba entrar y casi corriendo avanzó a esta.

Un suspiro de alivio salió de sus labios cuando ingresó a la tienda y no vio a esa persona.

Comenzó a caminar a la sección que deseaba buscar y miró con atención los colores que necesitaba los cuales eran sólo 3, pero ni el supo cuando tomó los 9 colores más.

Tomó los rotuladores en la pequeña cajita que usaba para llevar aquello y se sobre salto al ver como cayeron algunos.

— Uh..— hizo una mueca y se agachó para poder recoger los marcadores y ponerlos con cuidado en su lugar anterior.

baby ; jaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora