Capítulo 8: Destinados

52 6 5
                                    

—¡Buenos días Jaune!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Buenos días Jaune!

El rubio se levantó de golpe con el grito de Nora quien soltó una carcajada viendo la cara de su amigo. Jaune tomó una almohada y se la lanzó, Nora atinó a esquivarla a tiempo sin parar de reír.

—¡Nora! ¿Qué haces en mi cuarto?

—¿Llamas a un sótano cuarto? —Nora arqueó una ceja con gesto burlón.

—Tengo siete hermanas —contestó Jaune riendo— es lo más cercano que he tenido a una habitación sólo para mí.

—Pero está muy oscuro y solitario aquí —repuso Nora en un mohín—. ¿Seguro que no quieres alternar cuartos?

Jaune regresó a mirar hacia el tanque de animación suspendida con Pyrrha en el. El tanque burbujeaba y su amiga parecía estar descansado. Lejos de todo.

—No. Estar aquí ayuda.

—¿Con lo de...?

—Sí. —la cortó Jaune secamente sin dejar de mirar el tanque.

Nora sonrió levemente y le revolvió amigablemente el cabello rubio, aunque no pudo despeinarlo mucho debido a lo corto que era y de por si ya estaba despeinado.

—Ahora sube, tengo que cambiarme de ropa.

La chica subió las escaleras pegando saltitos y espero un momento hasta que Jaune subió a su lado, vestía unos jeans rotos con unos converse y una camiseta deshilada, su clásica armadura blanca había desaparecido al igual que sus guantes de acero, ni siquiera cargaba su afilada espada. Un chico normal y corriente.

Almenos, hasta que regresaran a Renmant.

Pero uno nunca olvidaba de donde venía, la cinta roja amarrada a su cintura era prueba de ello.

Ambos caminaron hacia la casa de los Benoit, era una casa café destintada de dos pisos, chiquita y un poco desgastada, algunas veces podías oír el crujir de una tabla o el goteo del agua, ni ella ni su equipo se quejaban. Apenas entró a la casa un olor a pancakes llegó a su nariz, en la cocina Ren preparaba lo que prometía ser un desayuno delicioso.

—¡Oh dios, esto se ve delicioso! ¡Le vamos a poner fresas! ¡Y miel! ¡Y chocolate! —exclamó Nora saltando muy feliz, Ren besó su mejilla antes de seguir con su trabajo.

—Primero, hagámoslos y luego ya veremos.

—Buenos días, Ren —saludó Jaune viendo la cocina—. ¿Qué huele tan bien?

RWBY: Broken Moon, Defeated WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora