Capítulo 33: ¡Feliz primer día de clase! Conjeturas de un diario

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Ainia cerró los ojos cuando tomaron una parte de su cabello y lo ataron con una liga pequeña hacia un lado

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Ainia cerró los ojos cuando tomaron una parte de su cabello y lo ataron con una liga pequeña hacia un lado. Infló los cachetes cuando se vio en un pequeño espejo que su hermana le había pasado, Neo le había peinado con cachitos haciéndola ver muy linda y tierna, algo que se mezclaba muy bien con la ropa que usaba ese día. Ainia decidió vestirse con sus ropas más bonitas para verse muy linda en el nuevo lugar al que iba, podía ser que de esa forma hiciera más amigos, nuevas personas a las que querer, tenía una camiseta celeste con un unicornio y una falda rosa larga, además de mallas blancas junto con zapatos negros y su cinta del mismo color, también se había puesto la chaqueta que Neo le había regalado con los símbolos de Roman, Neo y un día el símbolo que Ainia usaría, todo junto con el collar dorado que estaba a la vista de todos y brillaba por la luz.

No se veía como una niña que estaba corriendo de un gran mal como lo era Salem, se veía como una niña que estaba muy feliz por su primer día de clases.

Lo cierto era que una pequeña parte de ella si estaba feliz porque podría aprender nuevas cosas y hacer nuevos amigos, pero también estaba la parte asustada por separarse mucho tiempo de su familia y estar sola sin nadie que la ayude en la nueva escuela.

Además que no quería que la historia de sus dos otras escuelas se volviera a repetir siempre que decía su nombre. Se acordaba con claridad lo que los niños decían: "oh, la hermana menor de la gran Pyrrha Nikos, vamos a hablarle para conocer a su hermana" o "oh, la hermana de la fallecida Pyrrha Nikos, vamos a hablarle por pena". Otra de las razones por las que no tenía amigos era que todos estaban más interesados en su hermana que en ella, sabía que en ese mundo Pyrrha no era conocida pero tenía miedo de todas formas.

Era por eso que Sunto era su mejor amigo, él se había acercado a ella por una cosa tan simple como su cabello rojo, no porque era la hermana menor de la fabulosa Pyrrha Nikos.

—¿Qué tal? ¿Te gusta? —Neo la tomó de los hombros agachándose de forma que el espejo también la mostró a ella, Ainia se sacudió la falda para que quedara sin arrugas y se volvió a ver en el espejo.

Se veía hermosa, parecía una luchadora pero también una princesa.

—Me encanta. —Ainia sonrió—. Soy bonita, los chicos y las chicas van a querer ser mis amigos.

—Por supuesto que sí. —Neo la abrazó por la espalda sonriendo—. Seguro que para el fin del día tendrás muchos nuevos amigos.

—Tampoco es que quiera muchos, ya te tengo a ti, a Iko, Cinder, Peony... Sunto... también a los demás. —Ainia se tocó el collar para recordar que de una forma también tenía a Pyrrha a su lado—. Sigo pensando que les va a resultar muy rara una niña de otro mundo.

—Yo creo que eso solo te hará más interesante.

—Puede que tengas razón. —Ainia se dio la vuelta para ver los ojos café y rosa de su hermana mayor—. Pero si quitamos la idea de tener nuevos amigos, no sé porque tengo que ir a la escuela.

RWBY: Broken Moon, Defeated WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora