RWBY: Broken Moon, Defeated World

Capítulo 15: La peor catástrofe

Hola!
Este capítulo está dedicado a Fairytale108CR.
Espero que sufras como tu me hiciste sufrir a mí.
Disfruten.

No no no.

Esto era una pesadilla, una de las constantes que tenía.

En breve despertaría en su cama temblando aunque estuviese acobijada, se levantaría asustada de la cama con el corazón latiéndole a mil por segundo, iría al cuarto de Pearl el cual compartía con Peony y se daría cuenta de que en efecto había sido una horrible pesadilla porque vería Peony durmiendo plácidamente en la cama abrazando su almohada con fuerza mientras babeaba teniendo seguramente sueños con el príncipe Kai.

Porque esto tenía que ser una pesadilla.

Porque Peony era joven y saludable.

Porque Peony no podía estar enferma.

Porque Peony no podía morir.

Porque Peony no podía dejarla.

Estrellas no por favor, a su hermana pequeña no, no a la única familia que tenía.

Peony gritaba estremecedoramente entre las grietas de las máquinas descompuesta y las computadoras obsoletas alejándose lo más posible, las lágrimas no paraban caer de sus mejillas y se frotaba frenéticamente la manchas de la piel una y otra vez.  Neo por el contrario seguía a lado del auto como le había pedido, inmóvil y en shock mirando a Peony. E Iko similar a Neo estaba a lo lejos, inmóvil, iluminaba a Peony con una luz débil.

Y Cinder no tenía idea de que hacer, ella simplemente estaba ahí parada, temblando, con un nudo en la garganta, el corazón latiéndole a mil por hora, incapaz de moverse, de reaccionar, de hacer algo. Quería acercarse a su hermanita y darle todo el apoyo que podía pero a la vez simplemente quería huir y ocultarse en otro lugar.

Su sistema se hizo cargo, como siempre lo hacía cuando ella no podía pensar ni mucho menos reaccionar. Le brindaba información que ella no deseaba y que solo estaba empeorando la situación.

Letumosis. Pandemia mundial. Cientos de miles de muertos. Causa desconocida.

Y una cura desconocida.

—Peony... —susurró Cinder acercándose un paso, luego dos, sin embargo la chica retrocedió más mientras se limpiaba la nariz y las mejillas para que estas se volvieran a ensuciar con renovadas lágrimas, temblaba de pies a cabeza.

—¡No te acerques! —gritó retrocediendo más—. Te vas a contagiar; todas ustedes se van a contagiar.

Cinder se paró en seco sintiendo la impotencia de no poder acercarse a su hermana, escuchó como Neo se acercaba y se quedaba a unos pasos detrás de ella. Iko también se acercó a su lado sin dejar de recorrer a Peony con su luz azul, todas las expresiones y movimientos de Peony indicaban lo aterrorizada que estaba.