Había una vez:
Una historia de tres chicas, la hijastra humillada, la huérfana mortal y la hija no deseada. Metidas en su propio mundo alejadas de los demás, pasan los años, pero su mundo de soledad no parece desaparecer jamás.
¿Qué puede ser peor q...
¡Sorpresa! ¿A qué no se esperaban que inicíaramos el cuarto y último arco?
Todo este arco se lo quiero dedicar a Penny Polendina, nuestra robot heroína y, más importante, el dulce de leche más hermoso y adorable que Roosther Teeth nos pudo dar ♡
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PD: Para no confundir a las Winters, Winter.S es para Winter Schnee y Winter.H es para Winter Hayle.
¡Sin más dilación, empecemos!
Ruby se quedó fría mientras entraba en la habitación y se ponía a analizar la situación en la que se encontraba. Penny y Saotome Polendina junto con Winter Schnee estaban allí, y no estaban con las manos vacías porque la espada de la destrucción desprendía su brillo natural, de alguna forma, habían logrado dar con su localización y crear un portal que las llevara a Luna.
No, no era una forma, era algo mucho más grave que ello, enseguida lo supo al ver a Raven Branwen allí.
La madre de Yang tenía una semblanza bastante particular, creaba vínculos fuertes con personas y podía crear un portal hacia ellos, al parecer, la distancia no era un impedimento.
No era loco presumir que de esa forma Salem había llegado a Luna junto a los demás, después de todo, no era la primera vez que Raven se ponía de su lado, y explicaría porque aparecieron justo en el cuarto de Yang.
Todas las piezas encajaban.
—Weiss, ¿conoces a estas personas? —preguntó Adair aferrándose a su daga con tal fuerza que sus nudillos se volvieron blancos—. Estábamos aquí haciendo guardia cuando Moon sintió unas presencias externas y luego escuchamos sonidos de batalla.
—¿Qué si las conozco? —Weiss tragó saliva y guardó su espada en el cinturón—. ¡Es mi hermana y amigas mías!
—¡Eso es lo que tratamos de explicar desde hace rato! —saltó Blake con los hombros tensos al defender a Winter.S y las dos robots.
—Lamento no haberles creído pero ustedes bien saben que las personas aquí pueden ser controladas, no nos podíamos confiar de todo en sus palabras —Kinney suspiró e hizo desaparecer el vapor originado con su semblanza—. Lamentamos la confusión y los problemas que pudimos causar.
Sin embargo, ninguno de la élite salió de la habitación ni mucho menos dejó de tener una mano cerca de las armas.
—No tienen que preocuparse de eso —interrumpió Ruby tomando el control de la situación, necesitaba calmar a todos en el lugar antes de poder empezar a hacer las preguntas a sus amigas—. Yo también las conozco.
—Hay algo que no entiendo —Moon se colocó una mano en la cintura mientras analizaba con desconfianza a los intrusos—. ¿Cómo llegaron aquí sin ser vistos? ¿Cómo es que están en el cuarto de la princesa?
Ruby clavó su mirada en Raven Branwen y los dos desconocidos, uno pálido de pelo celeste con ojos del mismo color y otro de ojos rosas con cabello naranja y piel bronceada, además de unas orejas de zorro que mostraban que era un fauno. La líder del equipo asumió que se trataba de otros miembros de la tribu.
