Solté el lápiz sobre mi libro de matemáticas. La cabeza me duele, siento el cerebro palpitándome y mis dedos están acalambrados. Pero por fin he acabado con mis tareas.
Sonrío, me gusta ser una chica aplicada y no ocasionar problemas a mis padres, que tanto han dado por mi.
- ¡Katherine, baja a cenar!.- mamá grita desde el inicio de las escaleras, cosa que hace todas las noches.
- ¡Voy!.- me levanto lentamente de la silla y me estiro, ¡Agh! Genial, mi pierna izquierda está hormigueando, se me ha entumecido. Debería pedirle a mamá más vitaminas...
Me pongo mis pantuflas de conejito y salgo de mi habitación. Camino por el pasillo a paso lento, para hacer despertar mi pierna izquierda. Alguien comenzó a tocar el timbre con frenesí.
- ¡Ya voy!.- gritó mamá desde la cocina. Un mal presentimiento me abruma, así que me quedo donde estoy, pero me agacho para poder oír más.
Mamá abre la puerta y ahoga un grito.
- ¡Dios mío, Stacy! ¡¿Que te ha pasado?!.Es Stacy, la mejor amiga de mamá. Ambas se conocen desde la secundaria, pocas veces la he visto, solo sé que tiene dos hijos y viven en la siguiente calle. Stacy llora desconsoladamente, la puerta se cierra.
- ¡Fue el! ¡Pasó lo que tanto me advertiste, Caroline! ¡El me golpeó! ¡Me golpeó frente a mis hijos!
Me cubrí la boca con la mano. El miedo me abrumó, pues de inmediato me puse en el lugar de esa mujer y me siento fatal al imaginar lo que vivió y sufrió.
- Calma Stacy, ven siéntate, vengan chicos siéntense, estábamos a punto de cenar. Déjame curarte las heridas y cenaremos.- habló mamá más calmada.
- No... quiero decirte todo lo qué pasó...
- Stacy, ahora no es momento, necesitas curarte y descansar. Se quedarán aquí hasta que sea seguro para ustedes irse.
¡¿Qué?! ¿Donde dormirán? La casa solo tiene dos habitaciones y la sala...
- No Caroline, no quiero ser una carga para ti y tu marido...
- No te preocupes por mi marido, el casi ni está en casa. Además bien sabes que no aceptaré un "no" por respuesta.
- Gracias amiga... sabía que podía confiar en ti.
- Siempre Stacy... ¡Katherine! ¡Baja!
Me levanto de golpe pero regreso hacia la puerta de mi habitación en silencio, para después abrir la puerta y fingir que acabo de salir. Corro por el pasillo.
- ¡Ya voy mamá! Lo siento, es que estaba acomodando mi uniforme de mañana.- bajo los escalones y me quedo helada en medio de estos al ver a Stacy en el sofá de la sala.Su rostro está rojo. El ojo derecho está morado e hinchado, el resto de su rostro está cubierto por moretones. Sus brazos también los tienen y ligeros raspones.
- Katherine,- mamá chasquea sus dedos frente a mi.- ve al baño de mi habitación y trae el botiquín. ¡Anda, corre!
- ¡Si, corro!.- casi vuelo encima de los escalones, la habitación de mis padres está más cerca de las escaleras así que no tardó en llegar y lanzarme al baño. Debajo del lavamanos hay una caja blanca con una cruz roja, la tomo y vuelvo a volar hacia las escaleras.
Al bajar veo a mamá de rodillas frente a Stacy, quien sigue llorando. Pero como yo soy la torpeza echa persona, me tropiezo con mis propios pies. Caigo de pecho contra los escalones, alejé mi rostro del suelo y levanté con mis brazos el botiquín.
- ¡Dios mío Katherine!.- mamá gritó.
Nadie se rió, me levanté, mis costillas duelen pero aún así no puedo evitar reírme a carcajadas de mi torpeza.
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Circles. |Daryl Dixon|
De TodoEl... se enamoró de mi en cuánto me vio sonreír. Y yo me enamoré de él al verlo, a mis trece años, como a un príncipe azul. Son cuatro años de diferencia, no mucho en realidad, pero lo que nos hace diferentes... son nuestras vidas. Que por más que...