12. Un Mundo Nuevo.

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Edmund condujo por casi una hora hacia el centro comercial más cercano, pues estando fuera de la ciudad, todo nos queda lejos.

Holly no ha dejado de sonreír como loca, parece que lo que pasó con Rasmus no le afecta ni lo recuerda. Ó al menos no la pone triste, sino con ganas de vengarse. ¿Debería pensar así? Venganza... No soy tan buena elaborando planes así. Prefiero evitar la fatiga.

El centro comercial es grande, hay muchas tiendas de ropa, vestidos, zapatos y restaurantes. Edmund camina entre nosotras, mientras que Holly observa las tiendas y hace comentarios respecto a la ropa. Y yo no puedo sacarme de la cabeza a Daryl. ¿Acaso no fui suficiente? ¿No le gustó la forma en que le besé?... ¿o el quería más?

¿Y si esa chica le dio más que besos?

- ¡Dios Santísimo!.- el grito de Holly me hace espabilar.- ¡Miren ese hermoso vestido! Es como una cola de sirena.

Edmund sonríe y nos acercamos más al cristal de la tienda, donde se ve un maniquí con un lindo vestido color azul marino. Holly tiene razón, el vestido es precioso.

- A de costar una fortuna.- dije, analizando todo lo demás junto al maniquí.

- Tienes razón. Pero me encanta... si Rasmus me viera en ese vestido... seguro vería que ya soy una mujer

- No eres una mujer aún, eres una adolescente. - Le dice Edmund.

- ¡Cállate, puberto!.

Caminé hacia el interior de la tienda. Dentro hay más maniquíes con diferentes vestidos. Algunos más largos que otros. Al darme la vuelta hacia la derecha para salir de ahí, mis ojos se encontraron con un vestido dorado. Es corto, tiene muchas lentejuelas doradas y un escote pequeño.

- ¡Ese es perfecto para ti Kittie!.- grita Holly llegando a mi lado. Edmund se para detrás de nosotras.

- Si pero mira el precio.- le enseño la etiqueta y casi se nos salen los ojos de la cuenca.

- ¿En verdad hay gente que pagaría tanto dinero por una tela de ropa?

- Yo lo haré.- respondió Edmund, le hizo una seña a una dependienta y la chica se acercó. Me incomodó el hecho de que fuera rubia platinada.- Quiero uno de ese y otro como el azul de allá en frente.

La chica le sonríe a Edmund.
- Joven, esos vestidos cuestan más de quinientos dólares. ¿Con qué piensa pagarlos?

Edmund endureció la mirada, me hizo recordar a su padre. Miró a la muchacha, sin una sonrisa o alguna pizca de simpatía.
- Eso a ti no te importa. Dame lo que he pedido o pondré una queja con tu jefe. ¿Oiste? ¡Anda Ya, Muévete!

La chica salió casi corriendo. Holly ahogó una risa y yo mire mal a Edmund.
- ¿Y eso que fue?

- ¿Por qué le hablaste así? Ella sólo quería saber como vas a pagar.- le dije.

El se encogió de hombros.
- He aprendido de mi padre que la gente es más eficiente si te temen.

- Uy. Que miedo.

Pocos minutos después la chica regresó con los vestidos. Tomé el dorado y la miré.
- ¿Ni siquiera vas a preguntar nuestras tallas?

- No, ustedes son como un fideo, estoy segura que la talla chica les quedará.

Circles. |Daryl Dixon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora