Capítulo 8

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>SIN NOVEDADES A CASI UN MES DE LA DESAPARICIÓN DE NARCISSA Y DRACO MALFOY <

Desde el Ministerio de Magia nos informan que están completamente abocados al tema desde el momento mismo de la denuncia formulada por Lucius Malfoy (esposo y padre respectivamente de los desaparecidos) y que no descartan ningún tipo de hipótesis, pero que lamentablemente no tienen nuevas pistas para llegar a esclarecer los hechos.

'Por el momento lo único que podemos tener en claro es que no se trata de un secuestro extorsivo, ya que los secuestradores no se han puesto en contacto con la familia para pedir algún tipo de rescate por la señora Narcissa Malfoy'. Declaro el Ministro al preguntársele sobre el asunto.

También a la pregunta sobre qué piensa de la desaparición de Draco Malfoy, nos informó que 'No sabemos si fue parte de un mismo plan o son dos hechos completamente aislados. Eso se sabrá al concluir las investigaciones que estamos llevando a cabo'.

Recordamos a los lectores que el joven Draco Malfoy desapareció de manera sospechosa un día después de llevarse a cabo el secuestro de su madre en el Callejón Diagón, cuando atravesaba la red flu desde el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería que lo llevaría hasta su residencia. Destino que nunca alcanzó...

Severus dejó de lado El Profeta con un bufido; no le sorprendía que no tuvieran siquiera una pista sobre las desapariciones de Narcissa y Draco, sabiendo que la mayoría de los que trabajaban en el Ministerios eran unos ineptos que seguro sólo estaba dando vueltas sobre un mismo punto sin llegar a nada. Lo bueno era que, al contrario de lo que habían creído muchos, el señor Oscuro no había tomado esas desapariciones como una excusa para atacar. Todavía.

Pero ese realmente no era su problema, se dijo al levantarse para ir por una taza de café y poder disfrutar de una mañana tranquila...

-¡Feliz Navidad! -Exclamó Harry entrando a la sala con un gran bulto bajo el brazo, casi chocando (y derribando a Severus en el proceso) por el impulso que llevaba.

-¡Potter! -Protestó Snape sujetándole de los hombros a tiempo para impedir la colisión - ¿Qué es esa manera de entrar? ¿Acaso no te enseñaron a llamar a la puerta antes? -Preguntó enojado por la clara violación a su privacidad. Era verdad que le había dado la contraseña de sus habitaciones hacía unos días, pero advirtiéndole que sólo lo usara en caso de una emergencia o necesidad extrema. Y desearle una feliz navidad no entraba precisamente en ninguna de esas categorías.

Harry no perdió la sonrisa en ningún momento a pesar de la reprimenda, y ni siquiera parecía que se hubiera arrepentido de entrar de esa manera tan brusca, al contrario, parecía incluso más feliz que cuando llegó como si ya hubiera estado esperando ese recibimiento y le resultara más satisfactorio a si le recibía con un abrazo.

Cuando el hombre notó que sus palabras no provocaban absolutamente nada en Harry, seguramente porque no le estaba prestando el más mínimo de atención, su voz fue perdiendo volumen gradualmente hasta quedarse callado, pero no borró el fruncimiento de su ceño.

-Traje mis regalos para abrirlos contigo -dijo Harry como si acabara de entrar y no hubiera recibido reprimenda alguna, mientras levantaba levemente el bulto que llevaba bajo el brazo -Podemos ponerlo debajo del árbol y... ¿Por qué no tienes un árbol de navidad? -Preguntó entrando completamente a la sala y mirando a su alrededor con desconcierto.

-No me gustan -contestó con un bufido siguiéndole -Como tampoco me gusta la Navidad. Si quieres un árbol, en el Gran Comedor hay varios.

-Bueno, no es que a mí me gustan mucho tampoco -se encogió de hombros sin notar la clara indirecta de que se fuera. O tal vez sólo la ignoró. De Harry podía esperarse muchas cosas, pensó Severus - ¿Tienes chocolate caliente? -Preguntó luego de unos segundos en silencio en los que parecía estar decidiendo si la alfombra ubicada frente al fuego era un buen lugar para acomodar sus regalos -Podemos prescindir del árbol pero no del chocolate en la mañana de navidad -agregó con una gran sonrisa sentándose en la alfombra al resolver que sí era un buen lugar, por lo que abrió su capa y empezó a sacar uno a uno sus regalos.

MASQUERADEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora