Esta vez no hubo funeral, no había un cuerpo que enterrar. Tampoco hubo siquiera una nota avisando del hecho, como fue en el caso de Albus Dumbledore, porque ¿para qué? Era sólo un elfo doméstico ¿A quién le importaba?
Pero resulta que ella no era un elfo doméstico, y sí había personas a las que les importaba su muerte, aunque eso a los mortífagos no les preocupaba en absoluto, para ellos Hermione Granger sólo era una más del montón, una simple mano de obra que se había perdido y nada más.
En las primeras horas desde lo sucedido, La Madriguera estaba sumida en el más absoluto silencio, solo roto de vez en cuando por los sollozos de Molly, ya que tanto a Ron como a Ginny le habían dado una poción de Sueño sin Sueños por los alterados que estaban (más Ron a quien se lo tuvieron que echar obligadamente por la boca, ya que, a pesar de tener el hechizo de inmovilidad, seguía debatiéndose para poder volver a Hogwarts) y en ese momento dormían en sus habitaciones. Todavía estaban con la incertidumbre de no saber si realmente era verdad, si Hermione realmente estaba muerta; querían creer que no, que sólo era un juego macabro que los Carrow habían inventado cuando justo antes de aparecerse en La Madriguera habían dejado caer, con cierta burla y casi al pasar, que esta vez “Se les había pasado un poco la mano con la sangre sucia”. Lamentablemente, horas después, la misma Minerva McGonagall les había confirmado la noticia: Hermione ya no estaba en el castillo y todo lo que había quedado de ella había sido su sangre regando un aula vacía.
Ahora, oficialmente empezadas las vacaciones decembrinas, en vez de vivirse esos días con la alegría característica de las fiestas que se avecinaban, tenían a Ron sedado para que no pudiera hacer nada que pusiera su vida en peligro, pero aun así el muchacho no dejaba de repetir entre sueños que debía ir con Hermione, que ella le estaría esperando. Ginny explicó, ante el desconcierto de los demás, que la chica le había mandado una nota a Ron para encontrarse porque tenía algo muy importante que decirle, justo antes de que vinieran por ellos, por eso el muchacho había ido a buscarle antes de marcharse… pero ya no le había encontrado.
Remus, sentado en la mesa del comedor, intentaba desentrañar todo el suceso. ¿La muerte de Hermione había tenido algo que ver con lo que quería contarle a Ron? ¿Tan grave era lo que descubrió para que los Carrow decidieran “desaparecerle”?... Aunque, por otro lado, los mortífagos no necesitaban de ninguna excusa para hacer algo así, sólo por diversión asesinaban a quienes no creían dignos, así que no era seguro que fuera por esa causa.
Sería, tal vez, entonces… ¿por Harry?
Eso le llevaba a ese otro asunto que también tenía intrigado a Remus: el aroma de Harry en el despacho de la dirección, fuerte y reciente como si acabara de irse de allí; pero no sólo estaba en ese lugar, las ropas de Snape también estaban impregnada del olor de Harry, y Remus sabía muy bien que para que sucediera algo así debieron haber estado cerca uno del otro por mucho tiempo… “No”, se contradijo a sí mismo, “No cerca. Pegado uno al otro por mucho tiempo”.
Recordó entonces que el año anterior Harry no había pasado Navidad en casa de los Weasley por haberse peleado con Ron, en esa ocasión no le habían dicho exactamente el por qué, pero había llegado a escuchar algún rumor susurrado sobre una relación “amorosa” entre Harry y Snape. Claro que entonces sólo lo había tomado como un rumor estúpido de pasillo que Ron llegó a creer, y por eso su enojo. Pero ahora ya no estaba tan seguro.
Lo único indudablemente era que el chico había estado en ese despacho de Hogwarts… ¿abrazado a Snape?… no mucho antes de que él llegara.
******
Los ojos verdes se abrieron al sentir la luz del sol directamente sobre ellos, parpadeó unos segundos hasta poder enfocar mientras tanteaba la mesita de luz buscando sus anteojos, cuando lo consiguió y se los colocó pudo verle. Una figura vestida de negro, sentado en el sillón con un libro abandonado en su regazo, le miraba fijamente.
ESTÁS LEYENDO
MASQUERADE
FanfictionHarry se escabulle de su habitación en la torre de Gryffindor cada noche después de que sus compañeros se hubieran dormido. "¿Qué es lo que hace?", se pregunta Ron una noche y decide seguirle. Grande será su asombro al verle entrar a las habitac...